El pueblo cubano vive con una renta percatica, infrahumana, lo que prueba el fracaso del modelo económico comunista y más allá de los discursos y de las ideologías fundamentalistas y radicales de ideologías fracasadas de la historia, el mundo debe reconocer el principio de autodeterminación de los pueblos y garantizar que todos los cubanos en la isla y en el exilio puedan acceder a elecciones libres, dentro de un sistema de liberad de partidos, libertad de expresión que les permita a estos seres humanos a elegir su destino o consumar las cadenas de una prisión llamada cuba, y a la que el comunismo le ha impedido convertirse hoy en una de las potencias de América Central, en razón a que sus hombres valerosos y sus científicos y profesionales demuestran que es una raza de gran valía que tiene derecho a la libertad y a elegir su propio destino sin las cadenas que hoy la convierten en un de los países prisioneros del comunismo y de una dictadura totalitaria fracasada, que la historia y las nuevas generaciones estudiarían con la más absoluta objetividad.