(Aeronoticias) El mundo de la música honra al gran compositor austríaco Gustav Mahler con motivo del centenario de su muerte. En Múnich y Viena se recrea su vida y en Berlín, Bonn y Leipzig son reinterpretadas sus sinfonías.
“El tiempo para mi música aún está por llegar”, dijo alguna vez Gustav Mahler, famoso en vida como director pero incomprendido como compositor. Aunque su fama como compositor despegó en la década de los 60, su obra ha ido ganando cada vez más adeptos. Aquella frase profética cobra actualidad en el centenario de su muerte cuando el mundo de la música lo celebra por segundo año consecutivo después de que en el 2010 se conmemoraran los 150 años de su nacimiento.
Gustav Mahler nació el 7 de julio de 1860 en Bohemia, actualmente República Checa, y murió el 18 de mayo de 1911 en Viena. La Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de Claudio Abbado, interpretará el adagio de la décima sinfonía, aquella que el compositor nunca pudo concluir debido a una dolencia cardiaca. El concierto es el momento culminante de una “Semana Mahler”, bajo conducción del director italiano y sucesor del mítico Herbert von Karajan al frente de la Filarmónica entre 1982 y 2002.
Festival Beethoven
El Festival Beethoven, de Bonn, le dedica también un concierto especial. La Orquesta Filarmónica de Londres interpretará su Sinfonía No. 1 Titán, en Re mayor bajo la dirección de Lorin Maazel. Concebida como un largo poema sinfónico, cuando fue estrenada en 1889 en Budapest, se dijo que desafiaba todas las leyes de la música. Hoy en día, esta sinfonía es una de las más apreciadas de Mahler debido a su gran riqueza melódica, al hecho de ser una sinfonía temprana y no ser tan larga como otras.
Leipzig, donde llegó Mahler a los 26 años para trabajar como director asistente de la orquesta de la ciudad y donde escribió su primera obra sinfónica, le dedica un festival del 17 al 29 de mayo. El Festival Internacional Mahler interpretará sus sinfonías, entre ellas, la monumental Sinfonía No. 8, considerada el mayor éxito musical que experimentó en vida el compositor, en el que participarán unos 500 músicos y cantantes.
También se escucharán sus Ritos Fúnebres (Totenfeier) y su ciclo de Canciones a los Niños Muertos (Kindertotenlieder). Diez orquestas de primera se alternarán en el escenario, entre ellas la Filarmónica de Viena, la de Nueva York, la Sinfónica de Londres, la Staatskapelle de Dresde así como la Orquesta de Cámara Mahler. El Festival comienza con la interpretación de su Sinfonía No. 2, conocida como Auferstehung –resurrección en alemán- bajo la batuta de Ricardo Chailly.
Exposición itinerante
El Deutschen Theatermuseum de Múnich muestra una exposición que documenta la relación de Mahler con la capital bávara y con Viena, en donde murió el 18 de mayo de 1911, siendo famoso aunque criticado por la prensa. En la capital imperial de los Habsburgo imperaba un ambiente conservador y antisemita, por lo que Mahler se lamentaba de ser extranjero por triplicado: un bohemio entre austríacos, un austríaco entre alemanes y un judío ante el mundo.
En Múnich, donde Mahler estrenó apoteósicamente su octava sinfonía se exhibe la partitura original escrita con su puño y letra. La exposición itinerante fue inaugurada en Viena y abre ahora sus puertas en la capital bávara. En ella pueden verse cartas del compositor, notas periodísticas sobre los estrenos de sus obras, así como los trajes que usaban sus cantantes de ópera. Interesantes resultan los testimonios de figuras relevantes de la música clásica que hablan sobre Mahler y su legado. Entre ellos se encuentran anécdotas de Kent Nagano, Mariss Jansons, Lorin Maazel y Gustavo Dudamel.
El joven dirigente venezolano recuerda: “Hay oculto en Mahler un niño que la gente no siempre ve. Siempre se le presta atención al Mahler que piensa en la muerte, se le ve de manera trágica. Pero incluso en esa visión trágica de la vida hay en Mahler algo infantil que proviene de sus recuerdos, los recuerdos de la tierra y la atmósfera en las que creció”.
Simon Rattle, director de la Filarmónica de Berlín, recuerda que tenía diez años cuando lo escuchó por primera vez. Todavía era niño cuando lo escuchó por segunda vez, entonces en vivo, cuando fue interpretada su segunda sinfonía. “Me provocó una exhaltación increíble y esa fue la razón por la cual hoy soy director de orquesta”. Autora: Eva Usi Fuente: DPA