(Aeronoticias).- Otro torero que ha tenido una buena actuación ha sido El Cid que cortó una oreja el día jueves tras una faena en la que destacó su toreo con la mano izquierda.
Hemos visto también en dos corridas a Miguel Ángel Perera quien actuó dentro de su particular estilo de cercanía, metido entre los pitones ante toros que no fueron de lo mejor. En su segunda tarde se llevó una voltereta espectacular e impresionante, pues el toro se lo pasó de pitón a pitón, volteándolo cual pelele, afortunadamente o milagrosamente, con la única consecuencia de la taleguilla destrozada que lo obligó a torear la segunda parte con un blue jean.
Quien ha destacado de manera especial ha sido Alejandro Talavante. Este torero que destacó mucho de novillero, especialmente en Madrid, tomó la alternativa pero tuvo un bajón en su carrera. Recordamos que vino a Lima y no se le vio mayormente nada destacado en las dos tardes en que actuó. Desde al año pasado ha tenido un repunte y en la presente temporada está alcanzando continuos éxitos. Lo hemos visto muy seguro y toreando muy bien con la mano izquierda. Ya actuó en las tres tardes contratadas en Madrid y salió en hombros en la segunda y no cortó oreja en la del día viernes por fallar con la espada, pero le vimos una excelente faena sacando partido a un toro que no parecía tener condiciones. Pero Talavante lo fue trabajando hasta que lo metió en la muleta y le vimos muy buen toreo especialmente con la mano izquierda. En esa corrida Manzanares cortó una oreja y otra cortó Sebastián Castella que ha tenido una aceptable presencia en las dos corridas que actuó.
El sábado se realizó la primera corrida de rejones para Fermín Bohórquez que fue ovacionado en su segundo, Pablo Hermoso de Mendoza que destacó en su primero perdiendo las orejas por fallar con el rejón de muerte hasta en tres oportunidades y triunfó Diego Ventura que cortó oreja en cada toro y salió en hombros. Lamentablemente el ganado de El Niño de la Capea no dio buen juego.
El domingo se lidió la corrida de Partido de Resina, antes Pablo Romero, que solo lidió 5 toros debido a que en el campo y al llegar a la Plaza se malograron algunos. Se completó con un ejemplar de Nazario Ibáñez que se lidió en primer lugar. El ganado defraudó rotundamente pues los toros, de hermosa presencia muy propia del encaste, resultaron faltos de casta y algunos desarrollando peligro. Ignacio Garibay realizó una faena aceptable al primero, de Ibáñez, y su labor fue silenciada luego de escuchar un aviso. El cuarto desarrolló mucho peligro y en un momento de la faena cogió al torero propinándole una grave cornada de 25 cm. En la parte externa del muslo derecho. Garibay permaneció en el ruedo hasta acabar con el toro y pasó por su pié a la enfermería.
Serafín Marín estuvo muy voluntarioso en ambos. En su primero, un sobrero de Los Chospes, sacó una faena aseada y al entrar a matar rondó la tragedia cuando en el momento del embroque el toro lo enganchó por el pecho, salvándose el torero milagrosamente de que el pitón penetrara. Dio vuelta al ruedo pues hubo petición de oreja. El madrileño Sergio Aguilar nada pudo hacer ante un par de mansos inservibles siendo silenciado en ambos toros.