El congestionamiento de vehículos que se observa en la capital peruana y que tanto incomoda, hasta el fastidio, a propios y extraños se debe a una sobreoferta de taxis cuyos choferes inundan avenidas y calles ofreciendo sus servicios en una competencia casi belicosa.
Además, de acuerdo a un estudio realizado por el Instituto Peruano de Administración Municipal, se ha establecido que solamente uno de cada tres taxis es formal, lo cual da lugar también a suspicacias sobre la honradez de los choferes que se contrata, pues son frecuentes las noticias de robos y asaltos, cuando no se trata hasta de raptos.
Por todo ello, para proteger a los turistas y a la población limeña en general, es recomendable que las autoridades municipales de la Gran Lima coordinen planes para ordenar mejor la circulación de esta clase de vehículos, así como también la seguridad de los pasajeros.