(Aeronoticias).- El presidente Dmitry Medvedev propuso reemplazar todas las aeronaves de la era soviética con aviones de fabricación occidental tras la caída de un jet en la que perecieron 44 personas, entre ellas todos los integrantes de un equipo de hockey. Pero esa medida tal vez no alcance para resolver los problemas de la aeronáutica rusa.
Expertos del sector aseguran que los desastres aéreos que asuelan al país no se deben sólo a la edad de los aviones, sino a otros problemas, como capacitación deficiente de las tripulaciones, deterioro, controles gubernamentales laxos y negligencia generalizada en la seguridad, aspectos relegados ante las ganancias.
«Es como si un hacha pendiera sobre la cabeza de cada uno de nosotros», dijo Oleg Smirnov, un piloto que recibió las más altas condecoraciones y fue viceministro de aviación civil durante la era soviética.
Smirnov y otros expertos advierten que no existe un remedio rápido para los males del sector aeronáutico, los cuales se agravan con la ineficiencia y la corrupción en el gobierno.
Los expertos censuran a las autoridades aeronáuticas por hacerse de la vista gorda ante la problemática del sector y no establecer medidas adecuadas para la seguridad de los vuelos.
Los pilotos veteranos insisten en que los aviones como el Yak-42 que cayó el 8 de septiembre, el Tu-134 que se precipitó en junio —con resultado de 47 muertos— y el An-24 que se estrelló en julio en su acuatizaje en el río Ob que dejó siete víctimas mortales, corresponden a diseños sólidos que son seguros de volar al margen de su edad si reciben un mantenimiento adecuado.
Una comisión oficial que investiga la caída del Yak-42 todavía no ha citado la causa del desastre y afirmó que no ha encontrado prueba de falla alguna en los equipos.
Sin embargo, fueron suspendidos los vuelos de otros dos jets similares pertenecientes al dueño del avión que se estrelló debido a que un organismo de control determinó que algunos componentes habían excedidos sus horas de servicio.
Aunque la mayoría de los pilotos y expertos del sector describen como obsoletos a los aviones de la era soviética —por más que sean fuertes y confiables— algunos afirman que las aerolíneas han tenido dificultades para mantenerlos en funcionamiento.
«El derrumbe de la producción de componentes de aeronaves ha creado un problema de gran envergadura», dijo Alexander Akimenkov, piloto veterano de pruebas que ha volado 80 tipos de aviones rusos y occidentales, en declaraciones a The Associated Press.
Akimenkov dijo que la escasez de piezas de refacción ha obligado a los propietarios de los aviones de la era soviética a buscarlas en diversas partes del país a fin de mantener las aeronaves en el aire.
La escasez de refacciones ha propiciado el reciclamiento de piezas y la utilización de componentes que a veces carecen de los certificados adecuados de servicio y que fueron extraídos de aeronaves que se encontraban en depósitos.
El gobierno ha hecho poco para reforzar la seguridad aérea. Rusia tiene cuatro organizaciones gubernamentales que supervisan la aeronáutica, pero no tienen bien definidas sus funciones y a veces éstas responsabilidades se superponen con las de las otras.
«Existe necesidad inmediata de que haya una sola entidad gubernamental a cargo de la aeronáutica», dijo el piloto veterano Vladimir Gerasimov, quien censuró a las autoridades por no darle máxima prioridad a la seguridad en la aviación.
Gerasimov dijo que la codicia prevalece sobre la seguridad en algunas aerolíneas rusas, cuya administración alienta a las tripulaciones a que ahorren combustible sin medir las consecuencias.
Debido a esta situación, a menudo los pilotos toman decisiones peligrosas, como realizar aterrizajes durante mal tiempo en lugar de dirigirse a otro aeropuerto por temor a perder sus pagas.
Gerasimov arguyó que la laxitud de los controles contribuyeron a que ocurrieran algunos de los desastres recientes porque permiten a los pilotos aterrizajes con maniobras peligrosas.
«Los pilotos que actúan sensatamente corren peligro de ser sancionados», dijo Gerasimov a The Associated Press.
Tras el más reciente desastre aéreo, Medvedev ordenó a las autoridades que suspendieran a la mayoría de las 130 aerolíneas de la nación con el argumento de que las empresas pequeñas tienden a economizar en la seguridad.
Medvedev también dijo que el gobierno podría poner fin a sus intentos por rescatar a los fabricantes nacionales de aeronaves que atraviesan dificultades y aumentar la compra de aviones construidos en el extranjero.
«El valor de la vida humana debe prevalecer sobre todas las consideraciones, como el apoyo a los fabricantes locales», dijo Medvedev.
Numerosos expertos del sector, sin embargo, advirtieron que la sustitución de los aviones antiguos no resolverá los problemas de la aeronáutica debido a que los aparatos occidentales necesitan la infraestructura moderna de la que carece Rusia.
«El presidente propone la utilización de aviones occidentales, pero en ese caso también necesitaríamos contar con infraestructura aeronáutica occidental», dijo Akimenkov.
Akimenkov, quien probó el desempeño de diversos aviones de diseño soviético en condiciones extremas, afirmó que las aeronaves occidentales por lo general necesitan un mantenimiento más cuidadoso y no siempre están adaptadas para su utilización en los aeropuertos rudimentarios y en las condiciones severas del Extremo Norte de Rusia.
Los aeropuertos de la nación han permanecido bajo control estatal y la mayoría funciona con equipo obsoleto de navegación y de telecomunicaciones, y necesitan reparaciones con urgencia extrema.
Aunque se atribuye al piloto la caída del Tu-134 ocurrido en junio en la ciudad de Petrozavodsk, en el noroeste, porque confundió una carretera cercana con la pista cuando intentaba el aterrizaje en niebla espesa, los expertos dijeron que la condición obsoleta del aeropuerto local contribuyó al desastre.
Sólo tres aeropuertos del país están equipados con sistemas automáticos modernos de aterrizaje, mientras que todos los demás dependen de anticuado equipo de navegación, lo cual aumenta las exigencia a las tripulaciones en casos de aterrizajes nocturnos o en mal clima, y la posibilidad de error por parte de piloto.
Polonia dijo que el alumbrado deficiente en un aeropuerto de Smolensk, en el oeste de Rusia, fue uno de los factores que contribuyeron a la caída del avión Tu-154 de fabricación soviética ocurrida en abril de 2010 y en la que perecieron el presidente polaco Lech Kaczynski así como otras 95 personas.
Las aerolíneas más grandes, como la compañía nacional de bandera Aeroflot, retiraron de sus flotas los aviones de la era soviética y utilizan principalmente naves Boeing y Airbus, que consumen menos combustible y cumplen las normas europeas referentes al ruido y las emisiones.
Los aviones importados transportaron al 83% de los pasajeros que se movilizaron en 2010 en las aerolíneas rusas, y la cifra posiblemente se elevará a 90% en 2011, dijo Smirnov.
Sin embargo, los Boeings y Airbuses se utilizan sólo para las trayectos externos e internos de mayor demanda.
Las aerolíneas regionales pequeñas carecen de recursos para comprar aviones occidentales y disponen de un reducido número de aparatos de la era soviética para cubrir las demás rutas en el extenso territorio de Rusia que tiene nueve husos horarios.
Alexei Sinitsky, editor de la revista mensual Revisión del Transporte Aéreo, dijo que las aerolíneas mayores no han mostrado interés en dar servicio a los aeropuertos pequeños, los cuales necesitarían una gran inversión y no redituarían grandes dividendos.
Según Sinitsky, muchas aerolíneas pequeñas tienen un historial de seguridad bueno y advirtió que las órdenes de Medvedev tendrían «consecuencias monstruosas para la aviación y la población de regiones remotas en Rusia».
Otros expertos por su parte dijeron que el intento por eliminar con rapidez los aviones antiguos y reducir de manera radical el número de aerolíneas paralizaría el tránsito aéreo en la mayor parte de Rusia.
«La aviación mantiene unido a nuestro país», dijo Smirnov, quien advirtió que el transporte provee el único enlace con muchas zonas de Siberia y el Extremo Oriente del país.
«El cierre de un aeropuerto implica el cierre de una ciudad».
Associated Press