(Aeronoticias) El 20 de octubre de 2011, el 43° Juzgado Penal de Lima citó al ex piloto y hoy abogado suspendido por graves faltas a la ética profesional por parte del Colegio de Abogados de Lima a la lectura de sentencia por apropiación ilícita agravada cometida en perjuicio de su ex cliente Pablo Castillo Bardales, quien acusó al piloto de haberse apropiado de la indemnización que le consiguió el estudio norteamericano Moorey Landrey LLP de Houston, Texas.
LA HISTORIA
Siendo un estudiante de derecho de la Universidad San Martín de Porres, que a los 60 años cursaba el tercer año de derecho, el ex piloto de Faucett Victor Octavio Girao Alatrista se las agenció para fundar un estudio jurídico denominado “Yon y Girao” que funcionaba en las calle Las Camelias en San Isidro en 1998.
Su gerente general era nada más ni nada menos que el estudiante de derecho Víctor Girao Alatrista quien se identificaba con una tarjeta como supuesto especialista en Derecho Aéreo, sin embargo no podía tener esta especialidad en esa fecha, ya que ni siquiera había terminado la carrera de derecho.
De esta forma, Girao viaja a Iquitos y se presenta en el domicilio del ciudadano loretano Pablo Castillo Bardales, quien un año antes había sufrido un accidente en un helicóptero de Helica del Perú.
Girao le promete a Pablo Castillo una indemnización de 800 mil dólares a cambio de que le firme un poder por escritura pública y dos contratos, uno por el estudio Yon y Girao y otro con el estudio Moore Landrey LPP.
Años después, el estudio Moore Landrey LPP transa con el fabricante del helicóptero la fabrica Bell y le envía la indemnización al señor Pablo Castillo Bardales, sin embargo estos fondos que hoy con intereses superan los 100 mil dólares, fueron apropiados indebidamente por el abogado suspendido Víctor Girao Alatrista.
A la fecha, Girao le ha pedido al juez que prescriba el delito, ya que cuando lo habría cometido tenía más de 65 años, sin embargo Pablo Castillo Bardales informó a Aeronoticias que según la Dirincri en el atestado policial, el delito se consumó en abril de 2004, cuando Girao tenía 64 años, es decir no había cumplido 65 años y por lo tanto no le asiste el beneficio de la reducción del 50% del plazo de la prescripción por ser una persona de la tercera edad.
El agraviado informó que el juez de la causa prorrogó la lectura de sentencia del 20 de octubre al 24 de noviembre de 2011, porque Víctor Girao presentó un certificado médico, sin embargo hoy se pasea con un Mercedes Benz color azul que se compró con mi dinero, dijo Pablo Castillo, pidiendo al juez que le imponga 6 años de cárcel efectiva y la obligación de devolverle su indemnización de más de 100 mil dólares más los intereses y la reparación civil que corresponde.