El nuevo aeropuerto internacional, que anteriormente disponía de una pista principal de 2.700 metros, tendrá ahora 3,200 metros de longitud y podrá recibir a los gigantescos Airbus A380 de última generación.
El proyecto de Viñoly (quien construyó el Teatro Curve en Leicester, Inglaterra, y el Kimmel Center for the Performing Arts, meca del arte y de la música en Filadelfia), busca crear un “hito arquitectónico” que represente al Uruguay.
En cuanto al edificio, un gran techo de doble curvatura, de 40 mil toneladas de peso, ya se extiende 360 metros sobre toda la longitud del edificio y la supera, descansando sobre el suelo con una estructura articulada que recorre el perímetro del edificio y sostiene a su vez la fachada vidriada.
La terminal aérea se desarrolla en dos niveles independientes, con vialidades diferenciadas para arribos y partidas, respectivamente. La construcción ocupará, una vez terminada, una superficie de 45 mil metros cuadrados. En el total de las obras del aeropuerto se habrán utilizado, una vez concluidas, 93 mil metros cúbicos de hormigón.
Los expertos aeronáuticos piensan que se convertirá de este modo en la alternativa recomendada por los agentes de viaje a los envejecidos e inseguros aeropuertos argentinos de Ezeiza y Aeroparque, especialmente para el turismo internacional.
El Airbus A380 es el avión de pasajeros más grande del mundo, con una capacidad de más de 800 plazas/pasajeros.