El primer día oficial de Mario Monti como primer ministro designado de Italia ha sido maratónico. Lo mismo se reunió con partidos políticos, en encuentros de entre 15 y 20 minutos en sucesión ininterrumpida a lo largo de la mañana y tarde, que telefoneó al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Hasta el momento, Monti ha cosechado algunos elogios tanto para él como para los incipientes lineamientos de lo que sería su Gobierno. “Pensamos que Monti querrá formar un ‘gobierno técnico’ con personas de gran valía”, dijo Adolfo Urso, diputado del partido FCP (Fareitalia per la Costituente Popolare). “Está absolutamente decidido a elaborar un programa económico con base en el principio de la equidad”, agregó el socialista Riccardo Nencini, quien también sostuvo un encuentro con el sucesor de Silvio Berlusconi.
“Si hemos interpretado bien sus palabras, intentará que la sangre, las lágrimas y los sacrificios encuentren equilibrio en medidas para impulsar el empleo entre los jóvenes, y el crecimiento para todos”, señaló Francesco Nucara, del partido Pri.
Sube el costo de la deuda
Pero no todos están tan convencidos. Umberto Bossi, de la Liga Norte, mantuvo este lunes su «indisponibilidad» a otorgar apoyo al proyecto encabezado por Mario Monti. Bossi se comprometió a «valorar caso por caso» las medidas propuestas por un eventual gobierno en manos del primer ministro designado.
Más allá de las fronteras italianas también hubo voces escépticas; algunas, de la propia Unión Europea. “La sola designación de un nuevo gobierno no cambia nuestro diagnóstico de la economía italiana”, declaró en Bruselas un portavoz del comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
Entre tanto, el coste de la deuda pública italiana se elevó hoy considerablemente. Los 3.000 millones de euros (4.100 millones de dólares) que Italia sacó hoy a subasta en bonos del Estado a cinco años se pagaban a un interés del 6,29 por ciento, por encima del 5,32 por ciento de la subasta de octubre.
Las bolsas europeas abrieron hoy con tímidas subidas, moderadas en las dos primeras horas de cotización, a la espera de la evolución de la situación en Italia.
Y es que la tarea que aún tiene pendiente el primer ministro designado aún luce enorme. En cambio, se ensanchan los plazos urgentes que impone la “delicadísima y crucial” crisis económica de Italia –según la describió el presidente Giorgio Napolitano- y que, según el plan primario de Monti, deberían cumplirse el próximo viernes.
Si no es Monti, ¿quién?
El sucesor de Silvio Berlusconi aspira a formar antes del fin de semana próximo con un gobierno -«técnico» o no- que cuente con plena confianza parlamentaria, y así comenzar a remontar la pronunciada pendiente. A largo plazo, Monti sugirió una vez más que 2013 sería una fecha mínima para ver los resultados de un plan de ahorro que podría adelantar el aumento en la edad de jubilación, medida prevista para 2026. Por ello, Monti procederá a encontrarse también con otros actores sociales como los sindicatos, a quienes atenderá este martes por la tarde.
Qué tanto logrará convencer a los que aún se muestran escépticos, o si lo logrará en tan poco tiempo, es cuestión que aún está por resolverse. Independientemente de ello, no parece haber en el panorama político de Italia alguien con un perfil más adecuado a la urgencia del momento por el que pasa Italia.
Monti, educado en colegios jesuitas como el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, “es un sujeto práctico, pero no es un desalmado. Tiene fama de ser absolutamente confiable”, dice Daniela Schwarzer, de la Fundación Ciencia y Politica, con sede en Berlín. “El primer ministro designado de Italia “tiene ideas muy claras en cuanto a cómo hacer frente a los problemas”, agrega la especialista.
El sucesor de Silvio Berlusconi estudió economía en Milán y en la universidad de Yale, en Estados Unidos. Durante nueve años trabajó en la Comisión Europea, primero como comisario para el mercado interno; y luego, como comisario para cuestiones de competencia.
Por su parte, la socialdemócrata alemana Ulla Burchardt, presidenta del grupo parlamentario alemán-italiano en el Bundestag, señala: “El pueblo confía en él, en que no actúa por interés propio y en que no es corruptible. Esto debe calmar a los mercados financieros. Monti es capaz de reordenar las finanzas del Estado italiano”.
Autor: Enrique López
Editor: Pablo Kummetz
Deutsche Welle