Aunque todavía se desconocen exactamente las causas de la caída del avión de Turkish Airlines en Holanda, el pasado miercoles 25, las especulaciones van desde fallas humanas hasta la presencia de aves que habrían sido absorbidas por las turbinas momentos previos al aterrizaje en el aeropuerto de Schipol.
En dicho accidente murieron 10 pasajeros de un total de 135 que venían desde Estambul a Amsterdam, considerándose que los impactos que partieron en tres al Boeing 737-800 (el avión comercial más vendido de la historia) pudo haber ocasionado un mayor número de fallecidos, entre los cuales figuran los tres pilotos que se encontraban en la cabina de mando, en la proa del jet.
Hans Tetter, portavoz de la Asociación de Pilotos Holandeses, opinó que podría haberse tratado de lo que técnicamente se califica como “ un vuelo de aterrizaje inestable”. Sin embargo, la última palabra la tienen los expertos que examinarán la famosa “caja negra” que registra las voces de los pilotos que manejaban el avión hasta el último instante.
También se comentó que uno de los pilotos estaban en etapa de formación, aunque tenía licencia desde hace 5 años. Mientras tanto representantes de la fábrica norteamericana de Boeing, así como expertos de la OACI cotejaran sus conclusiones para conocer qué causó esta tragedia para, si es posible, evitar similar caso en el futuro.
