Pues el Vaticano, los líderes de la Iglesia en Italia y EE.UU., y hasta el propio Benedicto XVI condenaron fuertemente la decisión del mandatario, pues la orden ejecutiva que puso al frente Obama puso sin efecto las restricciones a las investigaciones, restricciones impuestas por su antecesor George W. Bush, la medida que tomó el actual mandatario da luz verde a los laboratorios en todo Estados Unidos para que puedan trabajar con células madre.
Por la voz de la Iglesia, Justin Rigali, cardenal de Filadelfia y presidente del comité de actividades pro vida de la conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., calificó la decisión de Obama de “una triste victoria de la política sobre la ciencia y la ética”.
Dejando en claro que la Iglesia Católica, otros grupos religiosos y defensores de la vida se oponen rotundamente a su decisión, ya que estas investigaciones implican la destrucción de embriones, y eso significa destruir vidas.