La causa del accidente fue en parte un desperfecto en el medidor de combustible.
Lo resaltante -o tristemente célebre- según los fiscales, fue que el piloto, presa del pánico se puso a rezar en voz alta en lugar de seguir el procedimiento de emergencia y luego optó por realizar un aterrizaje forzoso en vez de tratar de alcanzar un aeropuerto cercano.
Además, otros cinco empleados de Tuninter, una subsidiaria de la aerolínea Tunisair, fueron sentenciados entre ocho y nueve años de cárcel por la corte, en un veredicto entregado el lunes, debido a que encontraron responsabilidades involucradas en el incidente del ATR-72.
Y aunque los siete acusados, no estuvieron en el tribunal, no pasarán tiempo en la cárcel hasta que termine el proceso de apelación.