Quimicos como los que el terrorista británico Richard Reid usó en el 2001 sus zapatos deportivos para ocultar este tipo de explosivos cuando trató de llevar a cabo un atentado en vuelo contra un avión de pasajeros.
Según los científicos, ese mismo tipo de explosivo ha sido utilizado por terroristas suicidas en el conflicto entre israelíes y palestinos. Es así como Harbison y un grupo de científicos decidieron estudiar el problema cuando detectaron informes en Internet que señalaban la creación de un explosivo -tetraperóxido de tetracetona (TeATep)- que debía ser mucho más potente que el TATP.
"Pero nuestro análisis indica que estos materiales terroristas, que eludirían nuestra capacidad de detección, son demasiado inestables para una síntesis práctica, por lo tanto no tenemos porque preocuparnos por eso", adujo Harbison.
El grupo investigó 20 estructuras moleculares de diversos compuestos de peróxidos de acetona y determinó que todas las sustancias mayores que TATP son demasiado sensibles como para ser utilizadas como armas.
Según el científico, lo más probable es que se haya producido una confusión entre los TATP y los TeATeP. Pero ese es un error, -con mucha frecuencia “fatal”- para quienes experimentan con ese tipo de explosivos, añadió.