DESCUBREN EN MIL

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Esto es un crudo reflejo de la dramática realidad de miles de desesperados que llegan a Italia para trabajar y que se convierten en víctimas de criminales,  gran estupor provocó ayer en Italia el hallazgo en Milán de un hotel subterráneo clandestino manejado por chinos.

 

El hotel-búnker fue descubierto por la policía de Milán, que irrumpió en el lugar tras ser alertada por los vecinos de un extraño ir y venir alrededor de una alcantarilla de la vía MacMahon, cercana al barrio chino de la ciudad italiana.

La entrada de esta suerte de hotel,  era una alcantarilla en una vereda pública. Allí vivían, en condiciones espantosas, decenas de inmigrantes, incluso bebes, que dormían en improvisados nichos por 100 euros mensuales.

Es así como se montó un operativo, para bloquear la salida al exterior del hotel, la policía estacionó el patrullero sobre la alcantarilla. Adentro se topó con el horror: 60 colchones separados por paredes de madera terciada o viejos pedazos de tela; sólo dos baños, sucios; una cocinita con hornallas de gas; condiciones higiénicas nulas, y cables eléctricos al descubierto.

Los precios para dormir allí eran de 100 euros por mes por pareja, o 200 euros por mes para las familias. Precio barato, si se calcula que el alquiler de un cuarto en Milán alcanza alrededor de 700 euros mensuales.

En 300 metros cuadrados, el hotel alojaba a 60 personas. Pero la policía halló en el lugar a 28, todos chinos y entre ellos 12 clandestinos, dos niños de 11 y 6 años, y dos bebes. El más pequeño, que tenía tres meses, tenía como cuna un ropero destartalado.

Sin ventanas, el mísero "departamento" estaba conectado con un deposito. La policía irrumpió en el sitio a las 4 del lunes. Al parecer los inquilinos fueron traicionados por sus ganas de ver el sol en su único día de descanso. Hasta el domingo, de hecho, nadie en el vecindario se había dado cuenta de que la mayoría de los inquilinos salían de la alcantarilla al alba para ir a trabajar a los talleres clandestinos que hay en la zona, para volver a entrar en la noche. Es así como funcionaba.

Al respecto: "¿Un hotel clandestino? Ahora entiendo por qué cada tanto encontrábamos la vereda invadida de colchones", contó una vecina. La policía interrogará en los próximos días a una mujer italiana dueña del predio donde está la alcantarilla.

Si bien el caso causó un halo grande de impresión, lo  de los "departamentos-

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