(Aeronoticias).-Hoy las autoridades iraníes han finalizado la búsqueda de víctimas de los dos fuertes movimientos telúricos consecutivos que ayer devastaron parte de la provincia de Azerbaiyán Oriental, noroeste de Irán, causando hasta el momento al menos unos 227 muertos y 1.380 heridos.
En declaraciones a la televisión oficial IRIB, el ministro iraní del Interior, Mostafa Mohamad Nayar informó que el número de fallecidos hasta el momento son 227, los heridos 1.380, otras fuentes hablan de unos 300 muertos y 2.000 heridos.
«Las operaciones de búsqueda y rescate han concluido y ahora trabajamos para asegurar a los supervivientes refugio y comida», afirmó Nayar en relación a los damnificados por los terremotos, de 6,2 y 6 grados de magnitud en la escala de Richter.
Nayar, que se encuentra en la región de los sismos junto a la ministra de Salud, Marzie Vahid Dastyerdi, agregó que «las áreas devastadas serán reconstruidas lo más pronto posible.»
Explicó, además, que las zonas donde se han registrado los movimientos son muy frías en invierno, por lo que se deben adelantar los trabajos antes de la llegada de esa estación.
El Servicio Forense de Irán, según las autoridades provinciales, señaló que los fallecidos en los terremotos son «entre 250 y 300» y que ha enviado a la zona afectada siete equipos para hacerse cargo de los cuerpos, según un comunicado.
En otra nota, informa que el Ministerio de Salud indicó que de los más de 2.000 heridos registrados 961 fueron ingresados en hospitales de la provincia y, de ellos, 35 murieron en los centros sanitarios.
El director de la Media Luna Roja de Irán, Mahmud Mozafar, también dio por finalizadas las labores de búsqueda de víctimas y señaló que su organización había instalado 5.625 tiendas de campaña para las personas que han quedado sin hogar.
Además, los 863 voluntarios de 92 equipos de la Media Luna Roja han repartido 32.567 paquetes de comida de larga duración y también agua potable a los afectados, además de abrigos.
Mozafar agregó que, a partir de hoy, comenzarán a retirar con maquinaria pesada los escombros dejados por los terremotos para poder empezar cuanto antes la reconstrucción.