(Aeronoticias).-El aeropuerto de Ciudad Real, que un grupo de inversores quiso convertirlo en el primer aeropuerto privado de España, pero que fracasó en su intento, ahora se ha convertido en el escenario para rodar escenas de la última película, del director de cine Pedro Almodóvar Los amantes pasajeros.
Cabe precisar que la empresa que explota este aeropuerto hoy considerado fantasma, está en concurso de acreedores. Un peligroso delincuente líder de una banda especializada en el ajuste de cuentas, Ivo El Búlgaro, quiso comprarlo para traer entre ocho y diez toneladas mensuales de cocaína a España, pero fue detenido antes de concretar la compra. Y por una inversión de más de 500 millones de euros se convirtió en un plató de rodaje.
Según informa la productora del cineasta manchego, El Deseo, durante toda esta semana y de noche se grabarán en el aeropuerto escenas de un aterrizaje forzoso. En la película participan los actores Javier Cámara, Cecilia Roth, Hugo Silva, Miguel Ángel Silvestre, Paz Vega, Lola Dueñas, Carmen Machi y Guillermo Toledo. Es la decimonovena de Pedro Almodóvar y transcurre casi por completo en un avión, en concreto, una maqueta de un Airbus de 29 metros que se llama Chavela en homenaje a la extinta cantante.
Vecinos de poblaciones cercanas acudieron la madrugada del lunes a las inmediaciones del aeropuerto para ver las incidencias de la grabación. Pocas veces se había visto tanta gente en el aeródromo, entre aficionados al cine, extras, actores, actrices, equipo de producción, iluminadores, etcétera. Desde el pasado 13 de abril, que el aeropuerto en mención cerró, y solo una docena de personas trabajan allí, la mayoría personal de seguridad.
Esta no es la primera vez que el aeropuerto de Ciudad Real se utiliza como plató de rodaje, Vuelo IL8714, también se rodó allí, una película sobre un accidente de vuelo de Spanair en el que murieron 154 personas.
Gracias al rodaje de esta película, se ha dado en los últimos meses algo de vida a este aeropuerto fantasma en el que no aterriza un avión de verdad desde el pasado 13 de abril, cuando se puso fin a los vuelos privados. En octubre del año anterior habían terminado los comerciales porque Vueling, la única compañía que operaba en el aeródromo, decidió dejarlo. En los aviones viajaba más personal que pasaje.
El aeropuerto, con una de las mayores pistas de aterrizaje de Europa, 4.200 metros, tenía previsto dar servicio a 2,5 millones de viajeros en cinco años. Pero fueron poco más de 100.000 en dos años y medio. Hubo aviones con capacidad para 180 pasajeros que despegaron con 18.