(Aeronoticias) Brussels Airlines ha negado este miércoles que su actividad peligre ni que haya solicitado ninguna ayuda de Estado, en respuesta a los rumores aparecidos en prensa sobre la posible quiebra de la compañía de no activarse un plan de ayuda al sector por el Gobierno de Elio di Rupo.
”La continuidad de las actividades de la empresa no están puestas en duda y en ningún momento la compañía belga ha solicitado una ayuda de Estado”, ha zanjado la compañía a través de un comunicado, en el que muestra su descontento por las informaciones aparecidas en los medios.
El Gobierno belga no trabaja en ningún plan específico para la aerolínea de bandera belga, sino que examina medidas demandadas por el sector, según ha explicado a Europa Press un portavoz de Brussels Airlines, Geert Sciot.
El objetivo, precisa Sciot, es corregir la situación de “desventaja” que sufren las compañías belgas con respecto a otras de bajo coste, como Ryanair, que operan en Bélgica con menores costes sociales. “La posibilidad de quiebra no está en absoluto en la agenda”, ha insistido el portavoz, que ha subrayado que Brussels Airlines ha emprendido una serie de medidas para mejorar su competitividad y favorecer la flexibilidad de sus empleados, pero que ”no incluye ningún plan social con despidos”. ”No vamos a despedir a personal, no estamos en esa situación”, ha recalcado.
La compañía recuerda que el sector atraviesa dificultades no sólo en Bélgica, sino también en otros países de la Unión Europea, y afirma que los costes salariales para el empleador belga de un piloto ”es el más elevado de toda Europa”, lo que coloca a las aerolíneas de este país en condición de desventaja.
Sciot señala especialmente a las condiciones de las compañías llamadas de bajo coste que, como Ryanair, no asumen costes sociales por sus empleados en los países donde operan, como Bélgica, sino sólo en donde tienen su sede principal.
La diferencia entre el coste que asume una compañía del sector en Bruselas, con respecto a una con sede en Dublín es de un “60 por ciento”, según denuncia Sciot. La Comisión Europea examinó el pasado verano esta situación y dio de plazo a las autoridades belgas hasta 2020 para corregir esta discriminación, pero las compañías belgas -Brussels Airlines, Jetairfly y Thomas Cook- reclaman medidas transitorias de inmediato. ”No pedimos subsidios, sino algún tipo de medida que asegure las mismas condiciones de competitividad que las compañías con base en el exterior y que no tienen que pagar las mismas tasas salariales”, ha insistido Sciot. Fuente: www.preferente.com