(Aeronoticias).-Quien no ha sufrido alguna vez del pesado insomnio que no nos ha dejado conciliar el sueño, la Unidad de Alteraciones del Sueño del Instituto Dexeus en Barcelona, manifestó que a veces la sobreinformación que tenemos origina el llamado «síndrome de fatiga informativa», un mal que puede afectar la cantidad y calidad del sueño.
Este síndrome se refiere al efecto negativo que tiene la sobreinformación como fuente de estrés para nuestro cerebro.
Eduard Estivill, responsable de esta unidad, aclara que todo tipo de información puede provocarlo, no solo las malas noticias. Pero según este doctor la continua exposición a malas noticias por parte del espectador, lector u oyente, incrementa el número de casos.
Los medios, según su opinión, «no son los culpables, solo un elemento más del engranaje social. Informar es básico, o sea que no podemos cuestionar a los medios de comunicación. No es tanto el tipo de noticias, sino la sobrecarga de ellas, aunque evidentemente los casos positivos siempre proporcionarán un mayor bienestar y, sobre todo, menos tensión o ansiedad».
El «síndrome de fatiga informativa» afecta a todos y a todas las edades: «Incluso a niños y adolescentes porque se trata de estímulos externos que llegan a nuestro cerebro, causando este estado de aumento de tensión y confusión».
Esta patología no cuenta, con un «diagnóstico reconocido» en los manuales médicos «pero la situación existe». Sus consecuencias principales son «ese estado de tensión continuo que podemos sufrir durante el día con su repercusión sobre la cantidad y calidad del sueño».
Estivill recomienda «filtrar el tipo de información«, especialmente si el destinatario va a ser un menor. «En los adultos es más difícil porque llega por todos los medios, sobre todo las redes sociales que se sobreutilizan para fines informativos».
Para el doctor, pese a que todo el mundo está expuesto a esta sobreinformación no todos sufren las consecuencias.
«El cerebro necesita desconectar para poder dormir», dice Estivill, y este desconectar se refiere a muchos aspectos, también al uso tan intenso que hacemos de las redes sociales.
