La niña de nombre Emiliana, es producto de una fertilización asistida, con lo que el caso es único en la historia de la medicina.
Juliana no puede amamantar a su hija. Un mes antes de la fertilización, esta tuvo que ser sometida a rigurosos exámenes para conocer el estado de su corazón y tuvo que reemplazar los medicamentos que toma a perpetuidad por el trasplante con el fin de que estos no provoquen malformaciones en el feto. Además, el tratamiento hormonal para conseguir óvulos en buen estado fue ajustado a los problemas cardíacos de la paciente.
El cirujano Ramiro Quintana, que es uno de los médicos que formó parte del equipo que logró la fertilización asistida para Juliana, informo, que este es “el primer nacimiento en el mundo con estas características” y que fue “un trabajo en equipo, pensado y cuidado paso a paso”. Puntualizo, que esto abre posibilidades a que mujeres trasplantadas puedan ser madres a través de una estrategia terapéutica adecuada.