(Aeronoticias).- Tras el registro de niveles de contaminación atmosférica en Pekín, que exceden el límite de riesgo para la salud humana, empresarios, políticos y medios de comunicación tomaron posición respecto al crecimiento económico de China y el sacrificio de la salud pública.
El multimillonario Chen Guangbiao repartió la semana pasada “aire puro enlatado” para ser consumido en reemplazo del aire contaminado que pulula por las calles de la capital china. Este gesto, sin embargo, indica la factibilidad de convertir este recurso en un bien.
Chen aseguró que pasearse durante 20 minutos por las calles le origina mareos y dolor a la garganta. No es nuevo si se piensa que el aire en Pekín sobrepasa los 770 micrómetros por metro cúbico (μg/m³), cuando es considerado muy peligroso al llegar a 550 μg/m³.
Por otro lado, el rotativo del gobierno chino, el People’s Daily, publicó un editorial rotulado “Una bella China comienza con una sana respiración”. Y tras la decisión de mantener este sistema de desarrollo, el diario consideró que este negocio es “una fuente de vergüenza por ser un fracaso de los funcionarios y el gobierno en conseguir un crecimiento más sostenible”, señalando tanto al consumismo de los ciudadanos como del oportunismo de empresarios.