(Aeronoticias).- Era la envidia de muchas empresas. Un sindicato que, por sus maneras de actuar ante una mesa de negociación, estaba prácticamente domado. Presas fáciles, las llama Reuters a los miembros sindicales que en su historia sólo ha parado 41 días en dos jornadas.
O eso era hasta que Ray Goforth llegó a la dirección de la Sociedad de Empleados Profesionales de Ingeniería Aeroespacial. El primer director-no ingeniero en los últimos 20 años no teme perder su puesto de trabajo, ni jugar duro con la Boeing durante las negociaciones. Para algunos miembros, Goforth es el diablo.
Y es que Boeing plantea a sus miembros nuevos aportaciones para jubilaciones distintas de sus viejos trabajadores; éstos dicen que perjudican a los recién contratados, a pesar que Boeing señala subestimación por parte del sindicato.
No obstante, este juego de presión por parte de los trabajadores -en especial bajo el comando de Ray- puede ser interpretado de «falta de lealtad a la empresa» por los duros tiempos que han llegado, sobre todo por esta crisis de los Dreamliner. Pero arrimarse a las primeras ofertas de la aerolínea también puede ser interpretado por los trabajadores como desoír lo que dicen las bases sindicales.