Francisco ofició su primera Misa Crismal

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(Aeronoticias).- El Papa Francisco exhortó hoy a los sacerdotes a “salir de sí mismos e ir hacia donde hay sufrimiento y sangre derramada” y les advirtió que no pueden ser pastores “tristes” porque si no terminan siendo simples intermediarios o gestores que “no se juegan la piel ni el corazón” por los demás.

Al presidir su primera misa crismal en el Vaticano, el pontífice también llamó a los sacerdotes a servir a los pobres, a los cautivos y a los oprimidos, a fin de llegar a “las periferias, donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe”.

“El sacerdote que sale poco de sí, se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor”, criticó.

“Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor ‘ya tienen su paga’, y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres”, agregó.

Francisco presidió la misa crismal en la basílica de San Pedro, una de las celebraciones principales del triduo pascual en las que se bendice los óleos que se utilizarán para los sacramentos y se renuevan las promesas sacerdotales.

Una vez finalizada, en horas de la tarde en Roma y del mediodía en Buenos Aires, celebró la misa de la cena del Señor en la cárcel para menores Casal del Marmo, en la cual realizó el lavatorio de pies a 12 jóvenes detenidos, siguiendo una tradición que cumplía cuando era arzobispo de Buenos Aires.

La misa no se transmitió por los medios de comunicación, aunque según informó el Vaticano, la ceremonia religiosa en el penal fue “sumamente sencilla”. En ella Bergoglio recreó el gesto servicial de Jesús con los apóstoles en un lugar distinto desde que asumió el gobierno pastoral de la arquidiócesis en 1998.

Desde entonces, quien era cardenal primado hasta hace unos días visitó sucesivamente a afectados por el sida en el hospital Muñiz, a los presos de la cárcel de Villa Devoto, a niños enfermos con padecimientos crónicos del hospital Ricardo Gutiérrez, y a adolescentes provenientes de la villa 21-24 y del Barrio Zabaleta, que están superando el flagelo de la droga, entre otros.

Otros 58 religiosos españoles asesinados durante la Guerra Civil española (1936-1939), entre ellos el que fuera obispo de Jaén, serán beatificados, después de que el Papa aprobara el decreto que reconoce sus martirios, lo que abre el paso a su elevación a la gloria de los altares, informó el Vaticano.

Se trata de Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén (sur de España) y de cinco compañeros sacerdotes asesinados en esa ciudad andaluza entre 1936 y 1937, “por odio a la fe y persecución a la Iglesia en España”, según el Vaticano.

Además, José Máximo Moro Briz y cuatro compañeros sacerdotes de la diócesis de Avila asesinados en 1936.

Joaquín Juan Marín y catorce compañeros sacerdotes de la Sociedad de Sacerdotes la Obra Diocesana, asesinados en 1936-1938, y Andrés de Palazuelo (Francisco Miguel González Ganzález), sacerdote profeso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y 31 compañeros de la misma orden, asesinados entre 1936 y 1937.

En los casos de los religiosos asesinados que van a ser beatificados y que pertenecen a la misma congregación, el Vaticano facilita sólo el nombre de uno y añade el número de “compañeros”.

Las beatificaciones de los 58 “mártires del siglo XX”, como llama la Iglesia española a los religiosos asesinados durante la II República española y la Guerra Civil, se anunciarán en fechas próximas.

Con información de El Litoral.