La despedida multitudinaria de Michael Jackson en el estadio Staples Center en los Ángeles – California, presenciada por más de 700,000 personas en el recinto, estuvo acompañada no sólo de una profunda emotividad y dolor por su partida, sino que sus restos mortales fueron colocados en un féretro hecho íntegramente de bronce bañado en oro de 14 quilates, lo que le dio el aspecto brillante que todos pudimos observar al cajón de Jackson en el funeral.
Este acabado de la caja mortuoria de Jackson habría costado nada más y nada menos que la suma de US$ 25,000 dólares, que Jackson, con más de 400 mil discos vendidos sólo en Estados Unidos en los cuatro primeros días posteriores a su muerte, el pasado 25 de julio ha producido fácilmente, ya que se convirtió en una serie de fenómeno social post mortem.
Irónicamente -y aunque suene a broma de mal gusto- AEG Live, la empresa encargada de gestionar la serie de conciertos que iba a realizar Michael Jackson y quienes administraban su regreso a los escenarios, está haciendo presión para que Michael Jackson saque un nuevo disco en vivo. -extrañamente estos hechos más parecen una medida desesperada por cubrir costos de una operación monetaria inconclusa-.
Por otro lado hay quienes aseguran que la caja dorada de Jackson estaba vacía y que sus restos nunca se encontraron en Staples Center.
Donde luminarias de la talla de Queen Latifah, Lionel Ritchie , Mariah Carey o Stevie Wonder le dieron la despedida en un homenaje emotivo y muy publico en los Ángeles.
