(Aeronoticias).- Corea del Norte es, como llaman los chinos a ciertos enemigos, un tigre de papel. Un aparente colosal enemigo que, no obstante, es más frágil de lo que parece. Para Daniel Meza, de El Comercio, se han formado cinco mitos respecto a Kim Jong-un, dictador de la nación norcoreana.
La primera hace referencia a que Kim es el provocador, el malvado de la historia. El Hitler asiático. Pues sí, pero no. O para revestirle precisión, tiene rodeado a una reciclada cúpula que va ya desde hace muuuucho tiempo. No es que sea un títere, pero los «mejores» consejeros tienen la carga política de los años 50, cuando el abuelo de Kim sí era capaz de invadir naciones. Y la cúpula existe como producto del juego entre Rusia y Estados Unidos -o viceversa- durante la Guerra Fría.
Segundo, el verdadero deseo de Corea del Norte, más allá de la retórica violentista y militar, es vivir en paz. Mientras no le invadan, todo estará bien. Económicamente depende de sí mismo. Es frágil. Sus inversiones en armas ofrecen abismos en comparación con Corea del Sur o Estados Unidos.
Tercero, Corea del Norte sigue con sus pruebas militares para «espantar» a posibles enemigos. Eso está mal, pero no tan mal si vemos que Estados Unidos y Corea del Sur hacen maniobras militares todo el tiempo, invirtiendo más dinero que Corea del Norte. Una bomba al vecino asiático del norte sería catastrófico para los «hijos» de Kim, y la única manera de disuadir, aunque eso contribuya al discurso norteamericano de la amenaza norcoreana, es probando misiles.
Cuarto. Corea del Norte no parece ser una pesadilla comunista. Sí que es un mal sueño, y de los horribles. Canciones aceptadas sólo porque hacen honor a los Kim, propagandas políticas en honor a Kim, una vida cronometrada de inicio a estornudo de Kim, son parte del gran tour de las naciones más aburridas del planeta. No comparte, no obstante, pareceres con otras naciones excomunistas. Sin la Alianza Bolivariana, con algunos roces con Cuba, y compartiendo con China algo -la relación con Rusia se ha enfriado de antaño-, no tiene las metas que el verdadero comunismo plantea, aunque la igualdad la ha logrado -claro está, si es que no eres de la cúpula-.
Quinto: El mito más grande es que Estados Unidos es una víctima. Ay, pobrecitos los norteamericanos que no pueden ser capaces de defenderse de diez bombas -que terminen estallando a los 10 segundos de vuelo- mientras descansan en alguna playa cercana algún portaavión, listo para bloquear algún misil, mientras espera el contraataque. Napalm, plutonio en ojivas, ¿qué será? Pues el gobierno planificó encender las relaciones EEUU-Corea del Norte con las prácticas militares en las aguas de Seúl. Esto soliviantaría a los belicosos del norte, y tendrían un motivo, agencias de noticias en mano, para borrar del mapa a los angurrientos y autócratas que son los Kim.
