(Aeronoticias).- El relato de Will Oremus, periodista de Slate, parece calcado a la situación de muchos egresados de universidad que imaginan una vida profesional… y terminan estrellándose con cortes -no, el muro ya fue, ahora es ventana-. «Cuando me gradué de la universidad, quería ser un reportero. Había sido jefe editor en el periódico escolar de Stanford y formé algunas nociones románticas sobre el papel de la libertad de prensa en una sociedad democrática».
Peor trabajo del 2013: Periodista.
De un ranking de 200 puestos de trabajo, el portal CareerCast.com informó de aquellos trabajos en la que uno aprecia de verdad. Y si bien quienes los ingenieros biomédicos, de software, planificador financiero, optómetras entre otros destacan como los mejores -el estándar del estrés, el salario, son tomados en cuenta-, viendo el puesto 200 y sus últimos nueve puestos no son alentadores.
«Varias veces cubrí noticias de disputas laborales en la que conductores de buses y trabajadores de mantenimiento, quienes ganaban dos o tres veces mi salario, amenazaban con salir del trabajo a menos que sus pagas mejoraran», sigue Oremus, egresado de la peor profesión, dejando atrás a los leñadores, a reclutadores…
- Reportero.
- Leñador.
- Personal de reclutamiento.
- Actor.
- Trabajador de plataforma de petróleo.
- Granjero.
- Lector de metraje.
- Cartero.
- «Techero».
- Aeromoza.