(Aeronoticias).- En 73 horas, un trabajador de Joe Fresh puede comprarse uno de esos pantalones vaquero -jeans en inglés- que confecciona. Si quiere adquirir el coste que vale la prenda en su portal web, habrá tenido que trabajar y ahorrar cada céntimo que valió su labor.
Claro, si ese trabajador desembolsa los 19 dólares de ley, al sacrificio de cinco días y unas horas más de ahorro.
Y es que la firma Joe Fresh así pagaba en Bangladesh a sus confeccionistas, en un horario de 14 horas por día. En la nación en que puedes disparar a quienes defienden los derechos laborales -balas de goma, o no tanto, si recordamos al extinto activista laboral Aminul Islam-, es casi un crimen -no contra la ley, pero como hecho fáctico- pedir un aumento salarial por céntimos.
Recordando el desplome del Rana Plaza, la situación en Bangladesh no es sana a nivel social. Tres pisos extra construidos ilegalmente, precios tirados al suelo suficientemente atractivos para ser «competititvos» y la desidia gubernamental son ingredientes para una receta tan fatal como lo vivido hace unos días, cuando cientos de trabajadores quedaron sepultados en los escombros de la factoría.
La firma Joe Fresh, del canadiense Joe Mimran, ha sufrido un explosivo ascenso con más de 300 tiendas abiertas desde el año 2006. Ha sufrido de felicidad, aunque no sabemos si recientemente con los muertos soterrados en Bangladesh.
Con información de Forbes.