Caso LAP: Cuando las autoridades de transporte silban al techo

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(Aeronoticias).- En una «innovadora» obra del tributo aeroportuario a nivel mundial, Lima Airport Partners cobrará la Tarifa Unificada de Uso de Aeropuertos (TUUA) a los pasajeros en tránsito. Es decir, pasajeros que son «aves de paso» para otro destino.

Y hasta ahora nadie en el mundo lo había hecho. Vaya, ¡sorpresa, lumbreras!.

Pero si hasta entonces ninguna administradora aeroportuaria del globo lo había hecho, no era por falta de creatividad, tampoco por no haber desarrollado una estrategia de cobranza efectiva, o porque alguna «mafia» impedía su cobranza. No se hizo porque es extremadamente injusta, abusiva y denota chatura craneal.

La «estrategia» de la concesionaria del aeropuerto internacional Jorge Chávez -cuya ampliación demorará todavía una década, con la anuencia o demora de los gobiernos pasados- pone a plantear un hecho controvertido. LAP, como empresa privada, está en la obligación de desembolsar todo el dinero que cree conveniente para desplegar sus servicios, en beneficio tanto suyo como de los usuarios y del Estado. Admitir que debe cobrar una tarifa de este corte porque le falta financiamiento es casi contra la naturaleza de un privado, puesto que no es lógico que las empresas con bajo presupuesto quieran hacer obras monumentales. Sólo quienes disponen de la liquidez.

Desde la posición de LAP, sólo cobrarán el TUUA en tanto Ositran les dé luz verde, y cuando el nuevo terminal de pasajeros esté en funciones.

Y el Estado le apañe.

«En las respuestas, nadie se hace responsable de los cambios. Todos se echan la pelota. El MEF no sabe nada, el MTC dice que fue Ositran, éste indica que fue el MTC», señaló Víctor Andrés García Belaunde, congresista de la República.

Ergo, el juego del Gran Bonetón.

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