(Aeronoticias).- Son dos los problemas que encarar cuando se habla de embarazo adolescente en México -y por extensión, en América Latina-, según la directora de Ipas México, Raffaela Schiavo: La falta de educación sexual, sumado a servicios de control neonatal, y, desde la otra orilla, la violencia sexual.
Aunque para México las cifras sean amables -en 1999 se reportó cerca de 1500 casos de nacimiento de niños con madres menores de 10 años, en 2011 llegó a 318- con el paso del tiempo, las limitaciones que significa ser madre prematuramente no sólo son de acceso a oportunidades que se pierden, sino de un desarrollo trunco de la infancia y la adolescencia por los cambios psicológicos que exige ante una edad en la que no se está preparada.
Los impactos emocionales que surgen de un embarazo adolescente varían de acuerdo a su origen. El consentimiento es un factor clave, puesto que la experiencia de ser madre producto de una violación sólo ahonda las crisis presentes en el entorno de la persona. Según Regina Tamés, directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida, «la gran mayoría que tenemos son agresores los propios padrastros, hermanos, padres».
En América Latina, cerca de 1 de cada 5 mujeres que da a luz son menores de 20 años, según la OMS. Uno de cada diez niñas que han tenido sexo antes de los 15 años reportó que hubo algún tipo de coerción durante el coito.
Con información de CNN.