(Aeronoticias).- Tras la mediación de Rómulo Emiliani, obispo auxiliar de una diócesis de Honduras, y Adam Blackwell, secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, algunos líderes de las pandillas Mara Salvatrucha y MS-18 pidieron perdón a la sociedad y anunciaron el alto a sus actos criminales.
«Queremos pedirle perdón a la sociedad, queremos paz con Dios y con las autoridades», expresaron los reos desde el penal de San Pedro de Sula, Cortés (al norte de la nación centroamericana).
Los líderes de la pandilla MS-18, por su parte, expresaron el deseo de comunicarse con el gobierno: «Queremos escuchar al Gobierno, no los queremos escuchar a ustedes (medios de comunicación), porque todo esto es en serio, todo el mundo quiere vivir en paz».
No obstante, según advirtió el prelado, es simplista creer que la paz vendrá inmediatamente «una razón muy simplista es que mañana tendremos paz, pero no es así, ya que yo llevo años en esto y es una historia frustrante, muy dolorosa, ya que muchos muchachos que he ayudado a recuperarse están muertos».
La tregua entre el gobierno hondureño y los pandilleros implicará «cero crímenes, cero violencia». Los presidiarios pidieron oportunidades para «ganarse la vida, enseñarle a trabajar a nuestros hijos, que las los jóvenes tengan lugares, puestos de trabajo, aprender un oficio».
Como se recordará, la Mara Salvatrucha y el MS-18 son bandas criminales rivales cuya actividad data desde la década de los 80, cuyas actividades «cotidianas» en Centroamérica se centran en asesinato y tráfico de drogas.
El obispo auxiliar de la diócesis de San Pedro de Sula, Rómulo Emiliani, expresó un día antes de esta declaración que los mareros -término con el que se conoce a los miembros del MS-18 y de la Mara Salvatrucha- «buscan un espacio de desarrollo, de oportunidades, de inserción en la sociedad, también quieren paz».
Con información de La Prensa y Proceso.
