(Aeronoticias).-Tras nueve meses de relativa calma y en momentos en que las firmas construyen reservorios que serían abastecidos en parte por el agua de sus lagunas, las tensiones contra el proyecto minero Conga, de la compañía estadounidense Newmont y la peruana Buenaventura, se reavivaron esta semana. Los campesinos han creado grupos denominados guardianes de las lagunas, que buscan protegerlas y evitar por todos los modos un eventual transvase de sus aguas hacia los reservorios.
En declaraciones a Reuters el presidente de Buenaventura, Roque Benavides, en los márgenes de una conferencia en Londres, dijo: «Estamos trabajando con la mejor de las intenciones. Si nosotros no podemos entonces eso es todo. No hay alternativa».
Benavides aseguró que no entiende las protestas puesto que el plan para transvasar el agua de la laguna El Perol a un nuevo reservorio aún no ha empezado.
Como se recuerda la construcción de Conga se paralizó temporalmente el año pasado por decisión de las mineras tras las violentas protestas, hasta que se solucionaran los temores de los campesinos sobre la presunta contaminación y el uso de sus aguas.
«Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Nosotros no estamos minando, estamos siguiendo el principal objetivo que es el agua primero», sostuvo.
Para el empresario el punto de quiebre para definir si se avanza o no con el proyecto aurífero Conga se dará al término de la construcción del segundo reservorio, cuando la empresa vea si es factible desde bombear el agua de la laguna sin oposición de los pobladores.
Sin embargo, los manifestantes que rechazan Conga afirmaron que no se rendirán y que planean ocupara la laguna El Perol el 17 de junio.