(Aeronoticias).- Pregunta abierta, y quizá con muchos «peros» en el camino a responder. El libro «Gender and Parenthood: Biological and Social Scientific Perspectives», de Bradford Wilcox, director de un proyecto sobre matrimonio de la Universidad de Virginia, da unas luces al respecto.
Si hablamos en sentido corporal, el hombre aumenta de peso aproximadamente cinco kilos durante el tiempo de embarazo de la madre. Y potencialmente, los niveles de testosterona decaen en los nueve meses que dura dicha espera.
Pero, ¿Sucede en todos los padres? Los cambios hormonales, al menos, sí son más pronunciados en aquellos padres con tendencia a vivir relaciones de largo aliento con la madre de sus hijos.
A nivel psicológico, la paternidad tiene la capacidad de transformar al hombre -claro está, bajo la variable de tener una relación estable-. ¿Y con aquellos padres que no viven con sus hijos? Hay tres hechos que el libro -según Wilcox- recalca en su investigación:
Depresión: Los padres que viven con sus hijos tienden menos a deprimirse, y son quienes más reportan estar satisfechos con sus vidas, En oposición, los padres que viven alejados de sus menores tienden a estar más deprimidos.
Empleo: Tras el alumbramiento, los novísimos padres tienden a trabajar más, según señala el sociólogo Steven Nock. Pero, se reitera, sólo quienes tienen hijos dentro del matrimonio. Los resultados para los padres con hijos fuera del matrimonio reportan altas tasas de pobreza.
Iglesia: Por último, tras el nacimiento del niño, los hombres casados son menos vistos en bares, y sí proclives a ir a una iglesia, reiterando la investigación de Steven Nock.
Léase, entonces, que la paternidad transforma a los hombres, si la relación da para largo aliento.
Con información de Slate.