(Aeronoticias).- Hubo una época en Estados Unidos, cuando los criminales gustaban de secuestrar aviones en pleno vuelo. El libro «Los cielos nos pertenecen: Amor y terror en la Edad de Oro del secuestro» rememoran dichos sucesos de fines de los años 60 e inicios de los 70.
Entre los anales del secuestro aéreo, cabe recordar el vuelo 54 de Continental Airlines desde Los Angeles a Houston -escala en Phoenix, El Paso y San Antonio-, el 3 de agosto de 1961, en la que participaron la pareja Leon y Cody Bearden.
Ambos, padre e hijo, decidieron tomar un Boeing 707, valorizado en 5’4 millones de dólares para entregárselo al presidente Fidel Castro y dárselo como regalo para pedir un asilo político ¿Por qué? Bearden padre estaba harto de ser estadounidense.
Los Bearden colocaron dos armas cargadas en sus maletas de equipaje -en una época en la que no se realizaban inspecciones de equipajes en los aeropuertos norteamericanos, según señala Slate-. Ya en pleno vuelo, una de las azafatas fue obligada a emitir una convocatoria de rehenes voluntarios. Con cuatro rehenes, la orden de Leon Bearden (padre) fue dirigirse a El Paso.
Paralelamente, el entonces presidente Kennedy planificó la intervención del FBI en la aeronave secuestrada. Horas después del aterrizaje de la nave (02:00 am) para darle mantenimiento -que en realidad buscaban ganar tiempo para preparar la actuación de los oficiales federales-, los secuestradores, impacientes por la «demora» son detenidos en la redada.
Con información de Slate. Con la foto de Bob Garrard.