¿Cómo se pinchan cables de fibra óptica?

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(Aeronoticias).- Enormes cantidades de datos viajan alrededor del mundo a través de cables de fibra óptica. Para hackear esos datos, los cables son pinchados regularmente. A veces de forma legal, otras veces clandestinamente.

Casi todos los países del mundo esperan que sus servicios de inteligencia evalúen la telecomunicación internacional. Por ello, cuando las líneas de telecomunicación atraviesan las fronteras de un país, los proveedores son obligados a facilitar la interfaz de sus cables de fibra óptica a las autoridades gubernamentales respectivas.

Así, por ejemplo, el programa de espionaje británico Tempora puede acceder legalmente a las informaciones que corren por territorio británico. Sin embargo, los cables de fibra óptica también se pueden pinchar clandestinamente, sin el consentimiento del proveedor.

Un cable de tierra está compuesto por 144 fibras ópticas. Cables submarinos contienen, como máximo, ocho fibras. En un primer paso, los datos eléctrónicos son transformados con láser en pulsos de luz ultracortos. Estos pulsos representan los dígitos cero y uno con los que se codifica la información digital. Al final de la fibra óptica se encuentra un fotodiodo que vuelve a generar impulsos eléctricos a partir de los pulsos de luz.

El punto débil de los cables de fibra óptica

Aproximadamente diez mil millones de estos pulsos de luz corren por una sola fibra óptica por segundo. Así, cada fibra puede transmitir una cantidad de datos de entre 1,2 a cinco gigabyte por segundo.

El arte está en filtrar las informaciones relevantes. El arte está en filtrar las informaciones relevantes.

No obstante, estas informaciones no llegan muy lejos, como explica Klaus-Dieter Langer, del Instituto Frauenhofer de Berlín: “Una fibra óptica no es completamente transparente, sino que tiene un amortiguamiento natural. Un vidrio grueso tampoco deja pasar la misma cantidad de luz que un vidrio delgado.”

Por ello, las señales de los cables de fibra óptica tienen que ser reforzadas cada 80 kilómetros, y esto sucede por medio de un regenerador. Sin embargo, los regeneradores también son el punto débil de los cables. Allí pueden ser pinchados fácilmente, porque las fibras ya no vienen juntas, sino que cada una tiene que ser reforzada por separado.

El reto consiste en evaluar la enorme cantidad de datos

“Si se logra desviar luz de una fibra óptica, basta un cierto porcentaje para detectar y transformar los datos. No es tan fácil preparar una fibra para pincharla, pero solo se trata de un obstáculo técnico.”

Sin embargo, añade Klaus-Dieter Langer, el proveedor puede detectar el intento de pinchaje. Para ello, se necesitan instrumentos de medición muy sensibles, y las líneas tendrían que ser vigiladas constantemente. Entonces se podría notar que la señal disminuye de repente.

Después de ser intervenida la fibra óptica, el mayor reto consiste en evaluar la enorme cantidad de datos. “Una fibra, con un rendimiento del 50 por ciento, proporciona datos de un tamaño de diez terabyte por hora. Pero, como el espacio de almacenamiento no es ilimitado, el arte está en filtrar en un lapso de una hora las informaciones relevantes”, señala Langer.

¿El submarino estadounidense Jimmy Carter pincha cables submarinos? ¿El submarino estadounidense Jimmy Carter pincha cables submarinos?

¿También se pinchan cables submarinos?

Muchos datos, además, primero tienen que ser decodificados, por lo que es necesario almacenarlos temporalmente. Los servicios secretos tienen que proceder de forma muy selectiva para no perderse en el laberinto de datos. Por eso, Klaus-Dieter Langer cree que los agentes secretos solo pinchan algunas fibras ópticas de ciertos proveedores de interés.

¿Y qué hay detrás de las especulaciones de que el submarino estadounidense Jimmy Carter pinche cables de fibra óptica en el fondo del mar?

Peter Franck, portavoz del “Chaos Computer Club”, no descarta esta posibilidad. A través de la comunicación radiotelegráfica normal, señala, los datos prefiltrados podrían ser enviados a una base. Otra posibilidad sería depositar un aparato en el fondo del mar que registre las informaciones, y recogerlo más tarde.

Según Franck, los cables submarinos son de gran interés para los servicios secretos, ya que gran parte de la comunicación internacional pasa por ellos. Así, en los siete mares, las fibras ópticas submarinas podrían ser pinchadas por servicios de espionaje.

Fuente: DW.

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