Nicolás Maduro: De pajaritos, penes y religión

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(Aeronoticias).- Cuando el actual mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, evocó la palabra «pajarito» para hablar de la transmigración humano-animal del extinto líder Hugo Chávez, uno de los subterfugios por el cual se colocó dicha avecilla en el tema tuvo como fondo un discurso que mezclaba la educación con la religión. Y pasó de las aves a los peces.

O de las aves a los penes.

«Hay que meterse escuela por escuela, niño por niño, liceo por liceo, comunidad por comunidad. Meternos allí, multiplicarnos, así como Cristo multiplicó los penes… perdón, los peces y los panes. ¿Me perdonan la expresión?», dijo Maduro.

Hay algo de matrimonial en la religión y la violencia. Recordar La Virgen de los Sicarios -bien, apenas me leí el extracto de Wikipedia, lo admito-, la violencia verbal del chavismo, y esbirros con sus frases que la anexan a Dios -a dios, o al dios que ellos dicen creer- puede ser vista como cuando las personas se aferran a algo y terminan contaminando su imagen sin querer. Que Hilter -ejemplo- haya creído en Jesús no se condice con haber actuado tal cual.

Pero es fácil usar el poder a través de la religión. Sociedades con escasa separación de poderes entre la Iglesia Católica -y de cualquier confesión- y el Gobierno tiende a dar resultados no necesariamente los proclamados en esas doctrinas. Chávez hubiera sido un pan de Dios.

En cuanto a las acusaciones a Capriles de liderar una red travesti y gay de prostitución, más allá de lo cierto o no de tal hecho, lo cierto es que el ser que tiende a pensar más en pajaritos -connotación del pene- es otro. Parece que no se sintió como pez en el agua, Maduro, al pedir disculpas.

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