(Estaba pensando poner un titular como «Ryanair: Ser O’Leary no te hace el tío McPato«, pero, más allá de la gracia, originaría censura por el estilo de titulares; este otro no está mal).
(Aeronoticias).- Michael por-qué-debo-permitir-un-sindicato-en-mi-empresa O’Leary, con sus últimas declaraciones, ha demostrado ser alguien muy sui generis: Esperar que sus planteamientos laborales en Noruega sean bien recibidos, a pesar de criticar o burlarse de cualquiera -salvo sus clientes- que trate de cuestionar su manera de hacer negocios.
Es decir, casi todos los ciudadanos noruegos, según un diario local de habla inglesa.
Si bien con su recordada aparición, trayendo tiempo atrás un casco vikingo en una conferencia de prensa en dicho país trató de verse «identificado» con los locales, no deja de perder oportunidad para lanzar un (ultra) derechazo contra organizaciones, autoridades aeroportuarias, políticos y sindicatos.
¿Cómo son los jueces de dicho país? Sesgados ¿Y sus políticos? Ineptos ¿Y sus rivales? Incompetentes frente a la ultra-low cost ¿Y los trabajadores? Sobrepagados y perezosos ¿Y las autoridades aeroportuarias? Ídem, según la filosofía de O’Leary.
«Nuestros pasajeros nos aman», expresó el titular de Ryanair. ¿Leerá comentarios en Twitter sobre su empresa o tomó mucho karsk antes de llegar a la conferencia? Si ante esa declaración, mi apreciación parece áspera, bastará con mencionar que Michael O’Leary advierte que su compañía es inimputable en todo el mundo, salvo en Irlanda, donde las leyes laborales rigen. No como en Noruega -según aduce-, donde los jueces de ahora son antiguos abogados sindicalistas.
Con información de News in English y con la fotografía de Nina Berglund.
