(Aeronoticias).- Doce años ya pasaron del atentado a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, hecho que marcó un cambio en el orden mundial y coloca hoy a Estados Unidos en la disyuntiva de conmemorar a las víctimas del ataque terrorista y rechazar una nueva guerra en Siria.
El 11-S va más allá de un atentado porque no solo ocurrió en la Ciudad de los Rascacielos, sino también en el centro del poder militar estadounidense, el Pentágono, revelando que la nación norteamericana enfrentaba falencias en su propia seguridad.
Más allá de la cifra oficial de 3.017 muertos (incluyendo los 19 terroristas), los estadounidenses ahora recuerdan a sus víctimas con el temor latente de una nueva incursión militar del Gobierno de Washington en Siria.
El análisis político centró que la serie de ataques ocurridos en aquel aciago 11 de setiembre de 2001, fue provocado por intervención estadounidense sobre naciones árabes, donde existen gobiernos cuestionados y actúan grupos terroristas como Al Qaeda.
Por ello, el temor de una eventual intervención de Estados Unidos en Siria, cuyo gobierno encabezado por Bashar al-Assad es acusado de utilizar armas químicas contra su población civil, crece en las últimas semanas, sobre todo por la retórica beligerante de Barack Obama.
Con información de Andina
