Elecciones en Rusia: intercambio de cargos y rumores de fraude

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(Aeronoticias).- El antiguo agente del servicio secreto ruso (KGB), de 59 años, regresará probablemente al Kremlin para ocupar la presidencia durante un periodo de 6 años, un cargo casi con plenos poderes, superando al jefe de gobierno. «Dormí bien, hice deporte y luego vine aquí», dijo hoy Putin a la prensa. La agencia rusa de noticias Interfax reportaba al medio día de Europa Central una participación “considerable”.

El que fuera presidente de Rusia entre 2000 y 2008 ejerció el voto en la Academia de Ciencias de Moscú. Putin no pudo presentarse a una segunda reelección en 2008 porque la Constitución lo impide. La asistencia a las urnas es transmitida en directo por Internet en la mayoría de los 96.000 centros de votación instalados por todo el país.

La jornada electoral cierra a las 18 horas de Europa Central en Kaliningrado, (antigua ciudad alemana de Königsberg), a orillas del Mar Báltico. Los resultados del sufragio de los 110 millones de ciudadanos convocados a votar se conocerán, según las autoridades rusas, en la madrugada del lunes.

Cambio de sillas y acusaciones de fraude

En Moscú votó también el actual presidente Dimitri Medvedev, quien renunció a presentarse a la reelección con el argumento de que Putin contaba con más popularidad. En un controvertido cambio de cargos, Medvedev asumirá la jefatura de gobierno. El intercambio está previsto para mayo.

Los primeros datos indican que la participación es alta. Autoridades dijeron que más del 30% de los votantes había ejercido su derecho a voto a la 1 p.m. hora local de Moscú (0800 GMT), más que en las elecciones de 2008, que llevaron al Kremlin a Dmitry Medvedev, aliado de Putin.

Putin: ¿Seis años o más en el poder?

La campaña para estas elecciones presidenciales tuvo lugar en medio de las mayores protestas de la oposición desde que Putin llegó al poder hace 12 años. Los mismos grupos de oposición dijeron a la agencia alemana de noticias dpa que “la votación estaba empañada por el fraude, el cual busca ayudar a Putin después de cuatro años como primer ministro”. Los opositores prometieron intensificar las manifestaciones después de las elecciones.

El líder, considerado por muchos rusos como el artífice de la reconstrucción de la fuerte imagen del país y de un crecimiento económico en su primera presidencia, esperaba ganar con amplitud en la primera ronda y presentar esto como una fuerte señal de apoyo para estar seis años más en el poder.

Rusia: un gigante dividido

Algunos electores expresaron su malestar porque no contaban con ninguna otra opción real en una votación en la que Putin se enfrenta a cuatro candidatos débiles: el comunista Gennady Zyuganov, el nacionalista Vladimir Yirinovsky, el ex presidente del parlamento Sergei Mironov y el millonario empresario siderúrgico Mijail Projorov.

Los seguidores de Putin hablan, por su parte, de que éste «es el líder fuerte que necesita el país”, el más extenso del mundo y uno de los mayores productores de energía. «Votaré por Putin (…) el país necesita un líder fuerte», dijo Dmitry Samsonov, un soldado de 23 años. «No hay nadie más a quién escoger, excepto a Putin», agregó.

Cansados del “sistema Putin”

Las últimas encuestas indicaban que Putin, que fue presidente entre 2000 y 2008 antes de que los límites constitucionales le impidieran un tercer mandato, ganaría con el un porcentaje que rondaría entre el 59 y 66 por ciento de los votos, suficiente para eludir una segunda ronda.

No obstante, algunos votantes dicen estar cansados de un sistema que concentra todo el poder en sus manos. La oposición teme que Putin pueda ganar dos mandatos más, gobernando hasta 2024, casi tanto como el dictador soviético Josef Stalin.

En Moscú, tres mujeres fueron detenidas por la policía tras protestar semidesnudas en el centro electoral, momentos después de la salida Putin, y gritar: «Putin es un ladrón». Entretanto, observadores electorales opositores y blogueros denuncian fraude electoral en todo el país.

Putin no logra aún convencer a Occidente

En los últimos meses, la campaña política rusa fue acompañada de una disputa verbal entre Estados Unidos y Rusia que ha tomado un tono inquietante en los últimos días, y la determinación de Vladimir Putin de recuperar el Kremlin no augura un nuevo comienzo con Washington.

En un reciente cruce de palabras entre Washington y Moscú, la Secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton indicó que era «despreciable» el veto de Rusia a una resolución de Naciones Unidas respaldando el plan de la Liga Árabe para la transición del poder en Siria, donde las fuerzas del presidente Bashar al-Assad han atacado brutalmente a manifestantes. El canciller ruso, Sergei Lavrov, respondió que la crítica occidental sobre el veto rayaba en la «histeria».

La tendencia de acercamiento bajo el reajuste de la política con Moscú que hizo Barack Obama se enfrió notablemente en diciembre pasado, luego de que Clinton afirmara que las elecciones parlamentarias rusas no habían sido ni justas ni libres. Putin respondió con acusaciones de que EE.UU estaba instigado las manifestaciones callejeras en Rusia.

Por último, Leon Aron, director de estudios del American Enterprise Institute, concluye que “si sobre los resultados de la elección presidencial recaen muchas dudas, el ex espía de la KGB podría continuar bajo presión interna, especialmente si las protestas callejeras contra él no cesan”.

Autor: José Ospina-Valencia

Editor: Enrique López

Deutsche Welle

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