Hoja de coca, no cocaína

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(Aeronoticias).- Evo Morales, el presidente boliviano, viajará a Viena para abogar por las bondades de la hoja de coca en su uso tradicional. DW conversó al respecto con especialistas, que concuerdan en que condenarla es un error.

Actualmente la hoja de coca está incluida en el registro de plantas psicotrópicas. La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes está a favor de su abolición por ser la base del complejo proceso químico de producción de cocaína.

Hay quienes critican esta decisión. “La prohibición de la hoja de coca ha sido un error histórico, jamás ha habido una prueba científica para justificar que la hoja de coca hace daño”, dice a DW Joep Oomen, coordinador de Encod (European Coalition for Just and Effectiv Drug Policies).

Esta organización de la sociedad civil europea apoya la propuesta de Bolivia: volver a la Convención Única sobre Estupefacientes –que el gobierno de Evo Morales abandonó en junio de 2011- con la reserva de que ésta incluya la excepción del uso y mascado de coca para usos tradicionales y medicinales.

En una carta dirigida por el gobierno boliviano a Naciones Unidas, se indica que “el cultivo, uso y consumo lícito de la hoja de coca es tradicional y forma parte de la identidad cultural desde hace milenios para gran parte de las 36 etnias que conforman el Estado Plurinacional de Bolivia”. Una delegación del país andino encabezada por su presidente anuncia su defensa en Viena, a mediados de marzo.

Un bien cultural

“Hay muchísimos rituales que incluyen a pueblos enteros y a individuos a nivel familiar en donde se usa la coca con fines curativos o como ofrenda. Más allá de eso, la hoja de coca siempre se mastica como honor a la madre Tierra, ése es su alimento más grande. Al levantarse todo el mundo mastica hoja de coca”, cuenta a DW Ina Rösing, directora del Instituto de Antropología Cultural de la Universidad de Ulm.

Los 25 años de trabajo en la región de Kallawaya en torno al lago Titicaca llevan a esta antropóloga y sicóloga alemana a afirmar que “prohibirla es absolutamente absurdo. Sería un corte profundo en la cultura de los Kallawayas y en general de toda la gente que vive en la región. La coca de manera natural –a la cual como máximo le agregan un poco de ceniza- no genera problemas. Su erradicación sería un ataque a la cultura”.

Rösing, con una amplia bibliografía sobre el tema, confirma la importante presencia actual de la hoja de coca en Ecuador, Perú y el norte de Argentina. “Desde tiempos inmemoriales, la coca ha estado presente en la región andina”, explica.

Estimulante, ayuda, remedio

“La hoja de coca en estado natural es una medicina, es una sustancia que ayuda al hombre a vivir en las duras condiciones de las montañas de los Andes. Por otro lado, médicos occidentales han determinado que, como el café, es un estimulante para el sistema nervioso, pero que no provoca daños colaterales en el estómago o el corazón. Se aplica para el tratamiento del cansancio, como digestivo y antidepresivo, en programas de dietas para adelgazar y como tónico para gente que usa mucho su voz. También como analgésico y anestésico para dolores de muelas, de cabeza y de parto”, detalla Oomen.

¿Perspectivas de éxito?

Así, el país andino pide una enmienda en la clasiclasificación de esta planta, a la vez “Bolivia se compromete a controlar su cultivo y comercio para prevenir el uso indebido y la producción ilícita de estupefacientes”.

¿De qué depende que esta propuesta tenga éxito? “De la audacia de algunos gobiernos, de que le echen una mano al gobierno boliviano y digan sí `ahora entendemos la diferencia entre la coca y la cocaína, entendemos que la hoja puede ser utilizada de manera positiva y les invitamos a enviarnos hoja de coca o productos derivados tradicionales en donde la hoja está integrada de manera natural. Y a estos productos les vamos a dar un acceso a nuestros mercados.´ Eso puede ayudar a aumentar la demanda legal por la hoja de coca”, afirma Oomen.

Entre la coca y la cocaína

Claro está que dar pasos en la dirección que el país andino desea, sentaría un precedente de consecuencias considerables. “Y tienen miedo de que esto vaya a provocar toda una ola en torno a otras plantas como la marihuana o la amapola”, concluye Oomen, quien ve una diferencia entre todas las otras y la coca, la cual en estado natural no ve como fuente de peligro.

Encod, coalición de ciudadanos europeos, va un paso más allá: en su opinión, en la prohibición de las drogas en general está la clave del incremento de organizaciones criminales. “Las muertes en Colombia, México y Centroamérica son productos de esa prohibición”, dice Oomen en cuya opinión ésa es la peor política internacional.

¿La legalidad disminuirá el narcotráfico?

Sin embargo muchos gobiernos ven justamente en la tolerancia a la hoja de coca un apoyo a la producción y al consiguiente aumento en el tráfico de cocaína.

Al contrario Oomen sostiene que “justamente la defensa del cultivo de la hoja de coca y el intento de aumentar su demanda legal es la mejor arma contra el narcotráfico porque eso facilita a los campesinos vender sus productos de una forma digna, a un precio digno en un mercado legal”.

Aunque la propuesta del gobierno boliviano suena sensata para estos especialistas -tanto con vistas al respeto de tradiciones ancestrales como a una producción transparente-, Oomen no augura mucho éxito a la controvertida propuesta, pues cambiar la política con respecto a la coca, “implicaría reconocer que los gobiernos occidentales han cometido un error”.

Autora: Mirra Banchón

Editora: Claudia Herrera Pahl

Deutsche Welle / Foto: AP

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