El depuesto presidente de Honduras estuvo 60 horas en ese país. Anoche, partió sin hacer declaraciones. El ministro de la Presidencia, Enrique Flores, agradeció el apoyo brindado por el gobierno que encabeza Felipe Calderón.
Miembros del Estado Mayor Presidencial se negaron a abrir una puerta de cristal de la terminal aérea para que Zelaya tuviera acceso a periodistas que ahí lo esperaban.
El ministro Flores insistió que la eficiencia de órganos multilaterales quedaría en entredicho si la OEA y la ONU no logran revertir el golpe de Estado en Honduras, además de que la hegemonía del presidente de Estados Unidos, Barack Obama «se debilitaría mucho», dijo.
Indicó que viajan rumbo a Nicaragua, para organizar una «ofensiva diplomática» que llevará al depuesto mandatario a Brasil, Ecuador y Washington.
