Con euforia, aplausos y llanto la comunidad puertorriqueña, y latina en general, celebró hoy en Nueva York la confirmación de la jueza Sonia Sotomayor al Tribunal Supremo de Estados Unidos. Activistas, abogados, políticos, así como la comunidad latina, siguieron desde diversos puntos en la ciudad la audiencia de confirmación y celebraron la votación que convirtió a Sotomayor, de origen puertorriqueño y nativa de El Bronx, en la primera hispana en el más alto foro judicial del país.
En El Barrio, donde se estableció la mayor emigración puertorriqueña de la década de 1950, no faltaron las lágrimas de una comunidad que se sintió «reivindicada» cuando el Senado, de mayoría demócrata, la confirmó en el pleno por 68 y 31 en contra. «Yo llegué a este país en 1953 y desde que era adolescente me integré a las luchas por oportunidades. Aunque éramos ciudadanos tuvimos que luchar por oportunidades de trabajo, hasta de escuela. Hoy, me siento muy orgulloso porque todo el trabajo que hicimos desde los 40, cuando llegó mi padre, ha sido reivindicado», dijo a Efe el puertorriqueño Neftalí Lamourt, que siguió la audiencia desde un televisor en el popular restaurante «Fonda Boricua» en El Barrio.
A juicio de Lamourt, de 64 años, a quien la emoción y las lágrimas que amenazaban con salir le impidieron seguir hablando, ese esfuerzo de su comunidad se vio hoy recompensado.
Sotomayor, que creció junto a su hermano y madre en un proyecto de interés social en El Bronx, -un condado de mayoría hispana y el más pobre de la ciudad- se convirtió hoy en la primera persona hispana y la tercera mujer de la historia de EE.UU. que ocupará uno de los nueve asientos del Supremo.
Mientras que Roberto Ayala, uno de los dueños del restaurante, no ocultaba el júbilo por lo ocurrido hoy y aseguró a Efe que nunca dudó de que Sotomayor no fuera a ser confirmada. «Hemos celebrado en grande, una cosa bien sabrosa. Nos sentimos bien orgullosos. Es un honor tener en el Supremo a una mujer de raíces boricuas, criada en El Bronx por una madre sola. Esta noche seguiremos celebrando», indicó.
Sotomayor, de 55 años, fue confirmada a pesar de la oposición de la mayoría republicana que manifestó insistentemente sus dudas sobre la independencia jurídica de la jueza desde que el presidente Barack Obama la propusiera para el cargo, el pasado mayo. En los tres días de debate previos a la votación definitiva, que se programó cuando el Comité Judicial del Senado recomendó el nombramiento, algunos de los republicanos más influyentes acusaron a la jueza de carecer de imparcialidad y expresaron su temor de que ejerza «activismo político» desde el estrado.
Los compañeros de Sotomayor en la Asociación de Abogados Puertorriqueños a la que pertenece también celebraron por todo lo alto el logro de la jueza, quien previo a ser confirmada al Supremo, ocupó durante once años un asiento en el Tribunal de Apelaciones en el Segundo Circuito de Nueva York, al que fue designada por el presidente demócrata Bill Clinton.
Antes, el presidente republicano George H. W. Bush la había designado jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, también en Nueva York. Para Roberto Ramírez, presidente de la Asociación de Abogados boricuas, -quien se refirió a la jueza como una mujer de principios humildes y de alto compromiso con la comunidad hispana- el éxito de Sotomayor «es uno de los más importantes en el desarrollo de la comunidad puertorriqueña en Nueva York, particularmente para los pioneros».
Ramírez comentó que le había llamado el senador de Nueva York, Charles Schummer, para comentarle que hoy era un gran día para la nación «y lo es para nuestra comunidad y esta organización». «Miembros de nuestra organización han llegado a ser jueces en el estado y la corte federal, pero esta es la primera vez que uno de nuestros miembros llega al campo más alto en la rama judicial. Sus decisiones van a influir no solo nuestra comunidad, sino al mundo entero», dijo con satisfacción Ramírez.
Indicó además que Sotomayor se ha convertido en un ejemplo para los jóvenes hispanos. «Creo que van a haber muchos más abogados y abogadas puertorriqueños. ¿Cuándo, los que fundaron esta organización hace 57 años, pensaron que uno de sus miembros sería nombrada a la Corte Suprema?», señaló y aseguró que aunque hubo momentos difíciles durante el proceso, no dudó en que sería confirmada.
A la celebración se unió la concejal Julissa Ferreras, de origen dominicano, quien consideró que la confirmación «fue un gran éxito para la mujer latina» y opinó que si Sotomayor hubiese sido anglo no hubiese enfrentado la oposición que encontró en los republicanos. El gobernador David Paterson y el contralor de la ciudad, Bill Thompson, también aplaudieron la confirmación de Sotomayor.