El alma del líder

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(Aeronoticias).- Lo que todo líder debe evitar es caer de lleno en la pedantería, en la inflación psicológica de sus propias tareas o creerse  superhombre. El líder no es un dictador ni de sí mismo ni de los demás.

Algunas personas creen que un líder es el hombre energizado y lleno de deseos de hacer las cosas a como de lugar. Al respecto, cuando leía a J.A.C.Brown, en su libro “Psicología social en la industria”, al describir los tipos de ejecutivos, entre ellos, quizá, el más negativo sea “el autócrata incompetente”. El cual también  es denominado “el bebe en la dirección”: un ser con sobradas energías pero dominante y voluble. La crítica y el elogio dependen por completo de sus sentimientos momentáneos. Cuando da una orden olvida, que se requiere de tiempo y trabajo para llevarla a cabo.

El autócrata incompetente en general, carece de escrúpulos, miente, cohecha y fanfarronea o adopta cualquier medida en orden de sus fines.

Si vamos por esa dirección es menester salirse de ahí y encaminarnos por la senda correcta, la del líder; aquella que nos facilita las cosas y las acciones, aquella que considera al ser humano como un ser con sentimientos, emociones y que espera de los demás el trato adecuado por fuerza natural.

La calma es un requisito indispensable para la lucidez  la reflexión. Un líder preparado con temple y criterio no necesita de aspavientos ni de alharaca. Sabe claramente que hoy por hoy, no se puede administrar al tuntún, ni mucho menos manejar “al susto” a los subordinados. Un líder no hace teatro de su conocimiento, ni mucho menos es soberbio; un líder es ante todo un hombre sencillo y humilde, en el sentido correcto de la palabra es decir: trata con respeto a los demás y a sí mismo.

Octavio Paz en su excelente libro “El ogro filantrópico”, expone en algunas líneas la oposición que existe entre países pobres y países ricos, los mismos que, desde el punto de vista de la historia y la cultura, resultan: países centrales o imperiales y países periféricos o marginales, países sujetos y países objetos. Este enfoque me permitió hacer la siguiente comparación en nuestra sociedad hay “líderes sujetos” y “líderes objetos”. El éxito de muchas empresas japonesas se debe al profundo respeto que los directivos tienen por las opiniones y puntos de vista de los subordinados, por ello insisto: no se trata solo de técnicas, sino de una gran respeto por las personas y el líder está llamado a ser el ejemplo, esta es la verdadera alma del líder.

 

Foto: http://www.een.edu/

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