(Aeronoticias).- El avión volvió a dejar tirado este domingo al Príncipe en un viaje oficial, en esta ocasión, a Honduras, para asistir este lunes a la toma de posesión del nuevo presidente, Juan Orlando Hernández. El pasado noviembre, una avería en el mismo aparato, el Airbus A-310 en el que se desplazan el presidente del Gobierno y la familia real, le obligó a cancelar una visita a Brasil. Este domingo, un fallo en el indicador del aceite provocó que el piloto decidiera regresar a Santo Domingo, donde acababan de realizar la escala prevista, para revisar la aeronave. Don Felipe permaneció ocho horas en el aeropuerto de la capital de la República Dominicana a la espera de que se solucionara la avería, que obligó a cancelar todos los actos que tenía este domingo en Tegucigalpa.
El avión del Príncipe había despegado en Madrid hacia la una de la mañana del domingo. Iba acompañado por el jefe de su secretaría, Jaime Alfonsín, sus escoltas, el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia, y el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez de Olea. Fuentes de la Casa del Rey explican que es Defensa quien decide en qué avión viajan los miembros de la familia real en sus viajes oficiales. El Estado tiene dos Airbus A-310, como el que este domingo volvió a averiarse, y cuatro Falcon 900B. El primero tiene capacidad para 59 personas y el segundo para una docena.
Poco después de realizar la escala prevista en Santo Domingo, hacia las 12.20 (hora española) empezó a encenderse el indicador del aceite y el piloto decidió regresar al aeropuerto de la capital de la República Dominicana para revisar el avión por seguridad. A las 17.30, fuentes del Ministerio de Defensa comunicaron que se había solucionado la avería y el piloto realizó un vuelo de prueba para comprobarlo. Pero el avión no despegó hacia Honduras hasta las 21.15, y el Príncipe llegó a su destino sobre las once de la noche.
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