China combate emisiones contaminantes de fábricas con flota de drones

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(Aeronoticias).- China utiliza drones con cámaras infrarrojas para detectar las emisiones contaminantes nocturnas de fábricas.

Once de estos aviones no tripulados de tamaño pequeño y medio inspeccionaron el mes pasado fábricas en Hebei, Shanxi y Mongolia Interior, provincias norteñas con niveles de contaminación superior a la media nacional.

Los drones volaron durante 20 horas en un periodo de 20 días y cubrieron un millar de kilómetros cuadrados, según el Ministerio de Protección Medioambiental.

Los aparatos, capaces de tomar imágenes térmicas, permiten rastrear la contaminación también de noche. De las 254 fábricas inspeccionadas, 64 registraron problemas como la excesiva emisión de hollín, polvo y humo, ausencia del proceso de desulfuración o de tratamiento de aguas residuales. Las autoridades practicarán ahora una investigación sobre el terreno y los resultados se harán públicos.

CAJA DE CERILLAS

El ministerio ha explicado que los drones tienen gran movilidad y alcance, por lo que pueden fiscalizar el cumplimiento de las leyes medioambientales sin interferencias y con información de primera mano. Su tecnología de vuelo permite su despegue en cualquier momento y lugar, mientras que las cámaras facilitan datos precisos.

“Las imágenes enviadas desde los drones tienen una resolución de 0,04 metros. Es decir, podemos distinguir una caja de cerillas a mil metros de altitud”, añadió el comunicado ministerial. Los reguladores del control de tráfico aéreo han mostrado su “fuerte apoyo” a la iniciativa.

China ya había recurrido a los drones antes en su batalla contra la contaminación. En marzo fue probado un avión no tripulado de fabricación nacional que desprende productos químicos que congelan las partículas contaminantes en suspensión para que caigan al suelo. El aparato cuenta con un paracaídas que permite cargar el triple del peso habitual, lo que aumenta su eficacia y reduce su coste.

El desarrollo de drones es una prioridad para China, según ha denunciado el Pentágono recientemente. “La combinación de recursos ilimitados junto con la preocupación tecnológica pueden permitir a China igualar e incluso superar a Estados Unidos en el gasto de sistemas no tripulados en el futuro”, señaló en un estudio.

DRON FURTIVO

Pekín ha desvelado detalles de cuatro drones en investigación. Uno de ellos es el Lijian, el primer dron furtivo.

También se anunció un proyecto conjunto entre Rusia y China para crear hacia 2020 aviones no tripulados que no tendrían nada que envidiar a los aparatos estadounidenses.

Los expertos ensalzan la actitud más transparente del Gobierno en materia medioambiental. Ni una sola ciudad china monitorizaba y publicaba su contaminación en 2011 y hoy son más de 190 que lo hacen cada hora. Una de las últimas medidas obliga a publicar sus emisiones a las 15.000 empresas más contaminantes del país.

Las fábricas son fiscalizadas no sólo por los drones sino por la población. Una organización medioambiental ha creado una aplicación para móviles que permite seguir sus emisiones con actualizaciones cada hora, de forma que la ciudadanía sabe al momento quién es el culpable de los cielos turbios.

RESULTADOS DISCRETOS

Hace tiempo que Pekín defiende el crecimiento sostenible. Wen Jiabao, el ex primer ministro, ya se refirió 48 veces al “medioambiente” y la “contaminación” en un discurso de 2007. Pero los resultados son discretos, lo que permite dudar de si falla la ley o su cumplimiento.

“Los dos son problemas verdaderos, pero el segundo es mayor. El pobre cumplimiento está relacionado con los problemas estructurales del sistema político: imperio de la ley débil, falta de libertad de prensa, sociedad civil débil, obstáculos a la participación pública, falta de transparencia. También los intereses establecidos y la corrupción en el partido explica que las leyes sean rutinariamente desobedecidas con escasas consecuencias para los transgresores”, señala Isabel Hilton, experta en medioambiente chino y editora de la web China Dialogue.

El Banco Mundial alertó en 2007 que sólo un 1 % de los urbanitas chinos respiraba aire saludable y cuantificó en 760.000 la muertes prematuras anuales en el país. Los cálculos de la prestigiosa revista Lancet eleva éstas a 1,2 millones en 2010. La situación es preocupante en Pekín, donde el Bureau de Protección Medioambiental registró 189 días de alta contaminación el pasado año. A los costes para la salud se añaden los económicos. La agencia de noticias oficial Xinhua responsabilizó a los cielos negros de la caída del 10 % de turismo en la capital con respecto al pasado año.

 

Fuente: RIA Novosti

Foto: RIA Novosti

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