(Aeronoticias).- En un nuevo post de «Confesiones de una hastiada auxiliar de vuelo«, la narradora identificada con el alias de «Betty» señala a los cinco peores tipos de borrachos durante un vuelo. Adelanta que una persona en estado etílico vale como por dos en tierra.
a. Borrachos exigentes: De aquellos pasajeros que toman copas de más y terminan comportándose mal para que, en un momento de la discusión, dispare una ráfaga de quejas sobre su vida. En un vuelo Los Ángeles-Hawaii, una pasajera quería cigarros y bajarse del avión mientras su esposo no podía calmarle.
b. Borrachos furiosos: «No, no hay problema salvo que el tipo se me queda mirándome», dijo alguna vez otra pasajera que podía más alcohol durante un vuelo. Cuando exigió tomar más salvo bebidas suaves, la cólera que la mujer sentía frente al hombres que «le incomodaba» se dirigió contra la tripulante. Una retahíla de insultos más a «Betty» hizo que la pasajera pisara tierra en Las Vegas esposada.
c. Borrachos estúpidos: Querer dormir en el ala de una aeronave o preguntar si saldremos en la misma nave en la que subimos forma parte del repertorio de los borrachos estúpidos. A ello se suma quejarse por una sopa fría, rosa, dulce, con fresa… y con la palabra yogurt en medio.
d. Borrachos que se caen: Estos «aterrizan» en cualquier parte. De acuerdo con el relato de «Betty», la tripulación trasladó la comida luego de que fallara el ascensor para el envío del catering en un vuelo del L-1011. La vía de escape de emergencia, bajo la alfombra en la cabina de pasajeros, de pronto se vio interrumpida cuando un pasajero se dirigió a la escotilla, atravesara el muro de almohadas puesto por las tripulantes, y cayó en la cocina. Cuando las tripulantes atendieron al desafortunado hombre, pensando que serían demandadas, este dijo: «Gracias a Dios. Pensé que me había caído del avión».
e. Tripulantes Borrachos: El hecho ocurrió en tierra, pero igual cuenta. Un piloto terminó frente al pasillo del hotel antes de hacer un vuelo de escala, totalmente desnudo. Según «Betty», él se acostumbró a iluminar el cuarto de baño en los hoteles donde se hospedaba debido a la necesidad de orinar rápidamente y la dificultad que se originaba por el diferente diseño de las habitaciones. Pero en aquella ocasión, él olvidó alumbrar el cuarto de baño. Al levantarse, vio la luz del pasillo.
