(Aeronoticias) Las exageradas reacciones del gobierno chileno ante la aprobación del mapa peruano que fija sus limites al sur, divulgado el 19 del presente por el Presidente Ollanta Humala, donde se ratifica que el Punto Concordia marca el comienzo de su soberanía terrestre, parecen responder a un propósito ya inocultable:
Usar el triangulo, de poco mas de tres hectáreas (unas dos canchas de fútbol) como una cuna para chantajear al Perú obligándolo a firmar la CONVEMAR, lo que permitiría a sus embarcaciones pesqueras y de otra índole a invadir mar peruano impunemente.
Pero no hay que pisar el palito. Conocidas son las maniobras políticas de La Moneda a lo largo de su historia donde sus dirigentes, como Diego Portales, aconsejaba a sus paisanos que Chile tenia que ser el único país con dominio absoluto en el Pacifico Sur.
Pero, a parte de las declaraciones patrioteras y llenas de soberbias de sus parlamentarios, también se escuchan otras mas realistas y serenas como las del jurista chileno Luis Winter, quien declaro precisamente ayer que “dos hectáreas de tierra no pueden ser obstáculo para que el Perú y Chile avancen en sus respectivos desarrollo. Ambos países se necesitan”.
