(Aeronoticias).- Afirma especialista del Instituto Geofísico del Perú.
El sismo ocurrido en la comunidad de Misca, Cusco, es la prueba más clara de que un movimiento telúrico no mata, sino las malas construcciones que colapsan al no estar adecuadamente edificadas, afirmó hoy Hernando Tavera, director de Sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP).
El experto dijo que si el sismo de 5.1 grados de magnitud hubiese ocurrido de día, cuando los pobladores de la comunidad cusqueña se encontraban en el campo, fuera de sus casas, no habrían muerto ocho personas como sucedió.
«Un movimiento sísmico lo único que hace es derribar las estructuras que no fueron realizadas con estudios técnicos. Las viviendas de Misca son de adobe. No importa la magnitud del sismo, sino la calidad de las construcciones y el suelo mismo», comentó en RPP.
Estimó que una situación similar podría ocurrir en Lima, donde, anotó, si un sismo ocurriera en la noche, la cifra de muertos sería mayor respecto a la mañana.
Tavera resaltó que, junto al gobierno central, el IGP ha identificado las zonas que tienen mayor potencial a ser afectadas y, dentro de esta política, se están realizando estudios de los suelos.
«Este año venimos trabajando en la zona sur del Perú, haciendo visitas a autoridades municipales, a quienes les mostramos los estudios. Les estamos adelantando parte del informe que entregaremos a inicios del próximo año. La idea es que todos cuenten con un documento técnico para proceder con normativas que avalen decisiones a favor de la prevención».
Detalló finalmente que los municipios de Chimbote, Nuevo Chimbote, Huarmey, Huacho y Barranca ya cuentan con dicho documento, así como el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) y el Ministerio de Economía y Finanzas.
El sismo ocurrido en Cusco dejó 530 personas damnificadas, 75 afectadas, 8 fallecidos y 5 heridos, según el último reporte del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
Fuente: Andina
Foto: Andina