Disertación de Juan José Padilla

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(Aeronoticias).- En la capilla que está frente al Banco Central de Reserva de Lima,la periodista taurina Magaly Zapata, invitó al torero español Juan José Padilla, el sábado  después de la novillada, a que cuente sus experiencias.

 

Su retorno después de la grave cornada hace 3 años en la que perdió el ojo derecho dice que pensó que se había terminado su carrera quedando muy aniquilado.

 

Dos han sido lo factores para que hoy tengamos a Juan José Padilla encandilando  a los públicos  de todos los países en los que va a torear, narrando sus comienzos de chico junto a su familia y su papá panadero de oficio,  ni imaginaba que llegaría a ser figura del toreo, pero cuando pudo ver  a sus paisanos lanceando toros se le prendió la afición y empezó de maletilla enfrentando todo tipo de toros, se las vio con las llamadas corridas duras y ha  estoqueado.Miuras.sin pensar en el peligro. empezó a subir y  ha sufrido cornadas muy graves pero ninguna como la de la plaza de Zaragoza.

La primera gran  ayuda y comprensión fué  de su esposa que lo alentó y le dijo:» tú puedes, entrena y podrás volver a los ruedos, que es tu vida.»

Y el segundo: Su Fe en San Martín de Porres, que desde la primera vez que vino al Perú se llevó una imagen que lo acompaña a los países en los que torea.

El recalca que el Santo de la Escoba, es quién le ha dado la fuerza para  seguir en su profesión y salir airoso siempre. Pone banderillas e invita a sus  colegas a compartir con él los aplausos logrando una gran hermandad con todos.

En esta reunión al que asistió todo tipo de gente ,pues era abierto, se presentaron dos  neófitos en tauromaquia y dijeron que aunque les gustaba sienten  que como en la época de los antiguos cristianos el confesar públicamente que les gusta la Fiesta es para que los llenen de insultos, y otro dijo que le parecía que había  crueldad, Padilla respondió es más cruel ver a tanto niño abandonado sin comida, que lo que sucede en el ruedo. Cuando se indulta un toro se le curan la heridas que son superficiales  y queda para padrillo .El arte de una corrida es tan extraordinario que los grandes talentos del mundo se han rendidos a su belleza y eso no tiene parangón.

Juan José Padilla conmovió a todos que le brindaron un cerrada ovación como en la Plaza y con esta lección de vida. Ole por su gran faena al enfrentar su vida misma.

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