El ganado falló en la segunda de Feria

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(Aeronoticias) A diferencia del sábado, el domingo lucía el sol creando el ambiente propicio para una buena tarde de toros. La empresa había anunciado toros colombianos de Salento, ganadería  que se presentaba en Acho. A la hora anunciada parten plaza El Fandi, de naranja y azabache, Iván Fandiño, de canela y oro y Fernando Roca Rey de caña y oro con cabos negros.

Los toros de Salento lidiados en los 5 primeros lugares deslucieron la tarde. Toros justos de presencia, feos y muy complicados para la lidia, mansos unos y muy peligrosos los otros. Realmente malograron la tarde. En sexto lugar se lidió un ejemplar de Achury Viejo, también feo de tipo que tampoco ofreció mayores posibilidades aunque no llevaba el peligro de los de Salento.

El Fandi mostró como siempre mucha voluntad y deseos de agradar, muy puesto como que es de los que más torean cada año, tuvo un lote que no ofrecía posibilidades. El primero  desarrolló sentido muy pronto colándose continuamente. Se luce en banderillas el matador y tras intentar la faena de muleta tiene que abreviar. Mata de una estocada que cae baja. Silencio. En el cuarto se repite la historia pues el toro que le tocó ofrece también muchas dificultades. Muy bien con las banderillas en tercio en el que invita a Roca Rey, el granadino coloca hasta tres pares destacando los últimos en el llamado dos en uno que consiste en citar con dos pares de banderillas clavando el primero al violín y saliendo de la suerte colocar el otro al cuarteo. Gran ovación. Con la muleta nuevamente su voluntad se estrella contra lo imposible de su enemigo. Recibe palmas al final.

Iván Fandiño ha demostrado el por qué del lugar que ha alcanzado en el escalafón actual del toreo. Mucha voluntad y enorme valor caracterizan a este torero que ya desde su debut hacen tres años ha ganado un sitio preferente en la afición limeña. Su primero es un toro con mucho peligro que en un momento de la faena se cuela descaradamente y le pega una voltereta impresionante. Se repone el matador y trata de cuadrarlo para entrar a matar. El marrajo parece muy enterado porque todo es que el torero prepara la espada se arranca con violencia. Por fin después de una atravesada agarra una estocada entera de la que cae el toro. Hay aplausos para Fandiño. El quinto es otro regalito. Presenta muchas dificultades, no coge bien los engaños, se sale de la suerte pero Fandiño porfía hasta que lo va metiendo en la muleta y compone una meritoria faena. En un momento el toro se cuela y coge al torero de fea manera propinándole un puntazo. Se repone el diestro y a base de muchísimo valor continúa su vibrante actuación y mata de una gran estocada. Es aclamado y diríamos que no corta sino que arranca una oreja al manso.

Fernando Roca Rey ha tenido una aceptable presentación luego de dos años de ausencia de nuestra Feria. Ha estado valiente y muy voluntarioso. Alternó en banderillas con El Fandi colocando algunos pares estimables. Con la muleta se le notó muy dispuesto en sus dos toros pero sin lograr redondear las faenas por las dificultades del ganado. El sexto le pegó una voltereta y dio la impresión de que lo había calado en una pierna. A pesar del ganado, creemos que justificó su presencia en la Feria.

De los subalternos destacó nítidamente el peón de confianza de Fandiño, Niguel Martín, que fuera matador de toros. Colocó dos muy buenos pares de banderillas y con el capote estuvo siempre muy bien colocado y bregando como se debe.

Durante el paseíllo se rindió nuevamente homenaje al maestro José Mari Manzanares con un minuto de silencia, a cuyo término se escuchó una larga ovación en recuerdo del gran torero que tantos éxitos cosechó en Acho. Las banderas de la Plaza lucieron a media asta.

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