(Aeronoticias) Hoy 25 de marzo se cumplen 24 años de la muerte de un gran cristiano y defensor de la recta doctrina de la Santa Iglesia Católica como lo fue Monseñor Marcel Lefebvre quién fue, injustamente perseguido, por las altas autoridades del Vaticano que lo excomulgaron.
Lefebvre fue un destacado Obispo francés que estudió en el seminario francés de Roma y fue enviado por S.S Pio XII a predicar a África, destacándose siempre por su compromiso en dar testimonio de la doctrina cristiana.
Lamentablemente luego de la muerte del gran Papa Eugenio Pacelli (Pio XII) la Iglesia entró en un período muy crítico para ella con los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI.
Durante el pontíficado de Angelo Roncalli (Juan XXIII) se llamó al Concilio Ecuménico Vaticano II que se culminó en el papado de Giovanni Montini (Pablo VI). En dicho Concilio mal llamado ecuménico en el cuál se igualó, de alguna forma, a Iglesia que es una, santa, católica y apostólica con el protestantismo. Como decía Martín Lutero: «Para destruir la Iglesia había que destruir la misa», cosa que sucedió con el Novus Ordo Missae realizado por Pablo VI.
Allí se cambió la Santa Misa Tridentina consagrada a perpetuidad por San Pio V por una misa que no corresponde con la divina tradición del Magisterio de la Iglesia.
Además de la misa, el Concilio Vaticano II sirvió para negar o minimizar ciertos dogmas que acompañaron a la tradición católica por casi dos siglos. Luego del Concilio entraron o se repotenciaron poderes masónicos y liberales dentro de la Sede Apostólica.
Felizmente dentro de los obispos y cardenales que se opusieron como buenos cristianos al modernismo y a las barbaridades cometidas en Roma estuvo el Monseñor Marcel Lefebvre que con amor a la verdad y respetando el Magisterio de la Iglesia se pronunció en contra del mismo.
Lefebvre tuvo la valentía y visión de fundar la Fraternidad Sacerdotal San Pio X en la ciudad de Econe para formar sacerdotes católicos que al igual que él respetaran la dignidad eclesiástica y permanecieron fieles a Nuestro Señor Jesucristo.
Por ese acto de defensa de la Fé y por consagrar a 4 Obispos que siguieran la recta doctrina (Monseñor Fellay, Monseñor Tissier, Monseñor Fellay y Monseñor Wiliamson) fue excomulgado de la «Iglesia» por unas autoridades indignas como Juan Pablo II, quién avaló la destrucción de Roma acontecida con Roncalli y Montini.
Lefebvre fue excomulgado por la «Iglesia» por defender la recta doctrina, la tradición apostólica, la Santa Misa y la buena formación sacerdotal. Hoy a 24 años de su muerte debemos recordar a un gran cristiano, a un excelente Obispo, que se vió enfrentado a los poderes malignos que se enquistaron dentro del Vaticano.
Ejemplos como Lefebvre sirven para demostrar un profundo amor cristiano y la defensa de la recta doctrina representada por la Iglesia fundada por Jesucristo, que estará con él hasta la consumación de los siglos como dicen las Sagradas Escrituras.
Afortunadamente Lefebvre dejó un legado representado por la fraternidad que él fundó que día a día trabaja por anunciar el Reino de Dios, por anunciar los valores católicos y por restituir la Sagrada Tradición a la Iglesia.
Ojalá que Roma algún día regrese a la tradición.