(Aeronoticias).- Atlanta cree que, más allá de las colas interminables y de las largas esperas para embarcar, recibir de nuevo este reconocimiento podría tener beneficiosas repercusiones económicas para la ciudad.
Si se nos vende un aeropuerto como el más transitado el mundo por nuestra cabeza pasan, quizás, las imágenes de parkings llenos de carros, ningún lugar libre para descansar y un enorme trasiego de personas las 24 horas del día.
Aunque esto pueda horrorizar a muchos viajeros, el Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, que desde 1998 ha sido el que más pasajeros ha recibido y llevado a sus destinos en todo el mundo, ve como ahora el Internacional O’Hare de Chicago consigue sobrepasar su marca y quiere evitarlo a toda costa.
La razón es que el alcalde de la ciudad, Kasim Reed, cree que a mayor volumen de pasajeros, mayor número de trabajos se crearán en Atlanta. Al margen del gasto (grande o pequeño) que puedan hacer los que únicamente tienen que tomar un vuelo, Reed considera que el boca a boca de todos los que pisen el aeropuerto puede aumentar las visitas a la ciudad.
Para conseguir este propósito, ha contratado a un equipo de especialistas en marketing, cuyos miembros forman parte de firmas locales de renombre y de organizaciones oriundas de la ciudad, que tratará de vender lo mejor posible el populoso aeropuerto a fin revalidar su título.
Esta comitiva tiene dos misiones: aumentar el volumen de pasajeros e intentar atraer el mayor número posible de rutas de las aerolíneas que ya operan en la ciudad. Se espera que al incrementar las conexiones, el efecto llamada haga que otras compañías que aún no lo hacen decidan volar a Atlanta para facilitar los traslados a los viajeros.
Algunos estudios corroboran la visión positiva del alcalde, como uno de la Universidad del Sur de California que encuentra una correlación entre la afluencia a los aeropuertos y el incremento de la población y de la tasa de empleo en las ciudades. También la Emory University considera que este aumento de pasajeros puede tener un fuerte impacto en Atlanta ya que la economía mundial pivota sobre este tipo de ejes de transporte, por lo que invertir en el aeropuerto siempre tendrá un retorno favorable en cuanto al desarrollo de la región.
Eso sí, otros consideran que la insignia del ‘más transitado’ no da frutos por sí solo. Este escepticismo cala, por ejemplo, entre las asociaciones aeroportuarias estadounidenses que afirman que no hay «un beneficio tangible únicamente por ello». Además, este título puede durarle poco a la ciudad ya que Dubai, Pekín y Londres (además de Chicago) le pisan los talones, por lo que a Atlanta le convendría sustentar su crecimiento presente y futuro en más pilares.
Fuente: Aviación al día.