Está previsto que más de 100 jefes de Estado y de Gobierno asistan el martes a la cumbre sobre el cambio climático convocada por Ban para impulsar las negociaciones de un acuerdo global que sustituya al Protocolo de Kioto y después al debate de la Asamblea. Ban ya ha advertido a la comunidad internacional de que «ha llegado el momento de poner en marcha una renovación del multilateralismo que consiga ofrecer de manera diligente resultados verdaderos a la gente de a pie».
«En mis conversaciones con líderes mundiales les he urgido a mirar más allá de sus fronteras y tener en cuenta el bienestar de todo el planeta», señaló esta semana durante su habitual conferencia de prensa. Para tratar en profundidad el cambio climático Ban ha convocado para el 22 de septiembre una cumbre con la que quiere que los líderes «entiendan los riesgos del cambio climático y el beneficio de actuar ahora». El objetivo es avanzar con mayor rapidez y firmeza en las negociaciones para alcanzar un acuerdo para reducir la emisión de gases contaminantes en la conferencia que la ONU celebrará en diciembre en Copenhague.
Las distintas medidas que los países desarrollados y en desarrollo han adoptado para combatir la actual recesión económica internacional, los problemas del déficit y del gasto público, así como del desempleo y los primeros signos en algunos países de que el momento más negro de la crisis está pasando, forman parte de los temas que se esperan aborden los líderes en sus respectivos discursos ante la Asamblea.
La cumbre sobre el cambio climático y la inauguración de la Asamblea General de la ONU preceden a la cumbre que el Grupo de los Veinte (G-20) celebrará el 25 y 26 de septiembre en Pittsburgh (Ohio) y bajo la presidencia de EEUU y Barack Obama. El secretario general de la ONU ya ha advertido a los líderes de que los países más pobres del planeta también están pagando las consecuencias de la crisis económica global y que ellos no tienen «brotes verdes» en sus bolsillos -en alusión a la recuperación económica-, además de que el deterioro económico indica que este año habrá cien millones más de pobres.
«Lo que vemos es que los más afectados no son quienes están en la pobreza extrema, sino los que están cerca de la pobreza y los trabajadores pobres, cuyas vidas habían mejorado considerablemente en la última década», resaltó. En la agenda internacional también estarán otros asuntos de preocupación como el desarme, el programa nuclear de Irán, el conflicto entre palestinos e israelíes en Oriente Medio o la situación en Afganistán y en Honduras.
En el terreno del desarme y tras los nuevos compromisos en esa línea entre EEUU y Rusia, se espera que la Asamblea General pueda profundizar, además de que está prevista la celebración el 24 de septiembre de una reunión al más alto nivel del Consejo de Seguridad de la ONU sobre no proliferación y el desarme nuclear, que presidirá Obama. «Tenemos el viento a favor y con el impulso de los líderes correctos, podemos hacer entrar en vigor el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares», dijo Ban.
En cuanto a Irán y su programa nuclear, la Asamblea General escuchará de nuevo al presidente Mahmud Ahmadineyad en su intervención del próximo miércoles, así como en una conferencia de prensa prevista a lo largo de la semana. La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que el viernes insistió en que Teherán tiene aún que probar las intenciones pacíficas de su programa nuclear, consideró que ése será una de las prioridades de la Asamblea.
Ese órgano, además, escuchará el discurso que pronunciará el presidente de Libia, el coronel Muamar Gadafi, pues su ex ministro de Exteriores Ali Abdesalam Treki lo preside hasta septiembre de 2010. Libia, que da así un paso más para normalizar su situación en la esfera internacional, ejerce también ahora la presidencia de la Unión Africana (UA) y ocupa uno de los puestos no permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La Asamblea General de la ONU contará este año con la participación de casi todos los presidentes de América Latina.